CON ELEGANCIA
Lo que molesta a una novia
Estaba conversando con mi amiga mientras mirábamos el video de su boda. Toda novia que se casa, regularmente, pone especial empeño en la preparación de ese día y quiere que todo quede exquisitamente como lo planeó. Esta boda era una boda clásica, elegante, celebrada en un palacio de los años 1700 , con lámparas de Murano y Baccarat, y un salón de baile que recuerda la Galería de los Espejos de Versalles. La boda fue al mediodía y como marca la etiqueta en bodas europeas, la madrina lleva tocado en el pelo, el novio viste de chaqué, los invitados de traje y las invitadas van con vestido corto pero elegante. Siempre he recalcado la relevancia que un invitado debe darle a una boda. Es un acontecimiento realmente decisivo e importante para los novios, pues unen oficialmente sus vidas y por ende, es un evento de gran importancia, y como tal, el invitado debe darle la categoría que se merece. Desde que somos invitados a una boda debemos asumirlo como un compromiso: no sólo llegar temprano a la ceremonia sino también confirmar con antelación si va o no a la boda (cada invitado es un costo para los novios), y también, pensar el vestuario que va a usar. Queridos lectores, bien es sabido que los novios gastan dinero, tiempo y dedicación en cada detalle: decoración, catering, fotografía, video, y un sinnúmero de elementos que conforman la boda. Mientras veía el video de la boda de mi amiga escuchaba sus quejas con respecto a varias cosas que le habían salido mal y también me hacía comentarios sobre algunos detalles de los invitados. Mientras transcurría el video y veíamos las fotos se quejaba de que algunos de los invitados “le habían dañado las fotos” e informalizado el ambiente. Y es que si llegas tarde a la ceremonia o si vas vestido inapropiadamente, no solo demuestras que no le das importancia al evento, sino que le restas formalidad y elegancia al ambiente. Y sobre eso eran los comentarios que hacía mi amiga: casi todos los hombres se quitaron la chaqueta durante el almuerzo de la boda (lo cual “chabacanea” el ambiente), invitados que usaron gafas de sol (era una boda de día pero cuando vas vestido de etiqueta no debes llevar gafas de sol puestas, a menos que tengas un problema ocular) o alguna que otra mujer con un vestido que no es de su talla (y se nota pues aporta vulgaridad), o con un color inapropiado (sabemos que a una boda no se va de blanco, pero si eres la madrina tampoco puedes usar colores muy chillones pues como vas sentada en el altar resaltas demasiado. Si eres madrina o una persona de relevancia en la boda usa un color apropiado pero discreto. En fin, podría escribir varias columnas sobre este tema y de los errores comunes que cometemos, pero no quería dejar de mencionar cuán importante es saber lo que nos corresponde en cada situación y el saber corresponder a eventos como éste, con la categoría que se merece. No solo demostramos nuestra propia educación, sino también la consideración que expresamos hacia los novios con la delicadeza y el empeño que ponemos en el minuto uno que recibimos su invitación