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La Hora del Té

COMO ES TRADICIÓN SE REALIZÓ EN EL SALÓN ARTURO J. PELLERANO ALFAU DE LISTÍN DIARIO

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Carmenchu BrusíloffSanto Domingo

“Para la humanidad lo peor es el hambre. Y mientras haya hambre y pobreza no puede haber paz. La paz es lo que no existe en Haití”. Lo ha visto y lo ha sufrido el padre Ángel García Rodríguez, presidente y fundador de Mensajeros de la Paz que, acompañado de Carlos Falcó Fernández de Córdoba, marqués de Griñón y unas 60 personas entre empresarios españoles y mexicanos, comunicadores sociales y colaboradores de ONGs, incluyendo dominicanos, visitó dicho país en el que ha estado varias veces después del terremoto de enero para realizar labor social entre los haitianos afectados por la catástrofe. Convencido de que “a la solidaridad no hay quien la pare”, afirma que “nunca en la historia de la humanidad ha habido tanta solidaridad. La sociedad vibra ante las desgracias”. Pero pese a la buena voluntad y los aportes económicos y materiales que llegan constantemente, y la reunión de tantos jefes de estado para hablar sobre qué podían hacer por Haití, poco resultado salta a la vista. “Es un drama que hay que verlo para creerlo”, acota el marqués de Griñón, y el padre Ángel lamenta que los medios de comunicación, “que fueron mensajeros de la paz” luego de la catástrofe, “no sigan yendo para dar testimonio de lo que no se ha hecho”. Es que, aún con tanta buena voluntad internacional de ir en ayuda del pueblo haitiano, hay todavía un millón de personas sin vivienda porque los terrenos no están delimitados. Y el sistema de educación no cuenta con escuelas públicas. Pese a las dificultades para ejecutar programas de ayuda, Mensajeros de la Paz en su última visita inauguró un campamento con 50 casas modulares, cada una de 17 metros cuadrados y capacidad para ocho habitantes. “Pudimos levantar las casas pues el terreno es propiedad de los Paúles (orden religiosa)”. Como parte de sus actividades, Mensajeros de la Paz ha abierto un centro de día para gente mayor en la zona de Tabarré, en Haití, país en el que dan apoyo social y comida cada día a mil setenta personas. República DominicanaEn este intercambio de ideas en el Listín Diario durante La Hora del Té, el padre Ángel y Carlos Falcó Fernández de Córdoba estuvieron acompañados de Vicente Álvarez, director general de Mensajeros de la Paz; María Rosa Pérez López-Muñoz, de la ONG en Miami; Ana de la Calle Gijón, jefa de prensa de la entidad, y José Leonidas Batista, representante en República Dominicana y Haití. Fueron sus anfitrionas Rosanna Rivera-Caminero, directora de Comunicaciones, Relaciones Públicas y Revistas; Carmenchu Brusíloff, editora de Aldaba, y María Gracia Valdez Herrera, de Revistas. “Si no hubiera existido República Dominicana no hubiéramos podido llegar a Haití”, dice el Padre Ángel reconociendo que el Gobierno les dio todas las facilidades y pases necesarios. “Se palpa como Santo Domingo dio el do de pecho en relación con Haití. Si no, no hubiéramos podido hacer el trabajo, porque aunque nos apoyamos en la sociedad, y en la iglesia de manera especial, también en los gobernantes. Si no, no se puede hacer nada”. Para el marqués de Griñón, empresario y colaborador de Mensajeros de la Paz, “el papel de República Dominicana en el futuro de Haití es importantísimo”. A su vez, el padre Ángel pide a los empresarios dominicanos que si quieren hacer algo por los haitianos instalen, a través de Mensajeros de la Paz, una fábrica de leche, o una de harina. O ambas. Hacer cualquier tipo de aporte a través de la ONG es “estar seguro de que llega a la población. Porque ahora mismo, “al pueblo no le llega nada”. SEDE Y TELÉFONO A continuación un escrito de María Gracia Valdez: El martes 12 de enero ocurrió un hecho que marcó la historia de nuestra isla para siempre: un terremoto de 7.0 grados en la escala de Ritcher que azotó a la hermana República de Haití. Este dejó más de 200,000 muertos, una cantidad similar de heridos y más de un millón de damnificados. A las 48 horas de este suceso, un grupo de personas se movilizaron desde España para llevar más de 150 toneladas de alimentos, ropa y artículos de primera necesidad junto a un mensaje de paz y solidaridad. Ellos son los “Mensajeros de la Paz”. Guiados por el Padre Ángel García, esta asociación trabaja en proyectos destinados al mejoramiento de la calidad de vida de los sectores sociales más vulnerables. Empezaron en España y luego se esparcieron por todo el mundo ofreciendo ayuda humanitaria. “Un mensajero de la paz es un hombre de bien” mencionó el Padre Ángel, de la misma manera que agregó: “La paz no es sólo la ausencia de guerra, sino algo más, es querer y dejarse querer”. Y Mensajeros de la Paz trabajan para evitar que se mantenga esa falta de paz que sufre Haití. Además del campamento han establecido una escuela multigrado para más de 400 niños y una residencia de ancianos donde los atencionan desde las 10 de la mañana hasta las 4 p.m. Durante su reciente visita a nuestro país, el padre Ángel y sus acompañantes, nos dice José Leonidas Batista, estuvieron en el Hogar Escuela Doña Chucha, que ha sido su roca en República Dominicana. Y amén de charlas para dar a conocer la verdadera situación post-terremoto, fue organizada una cena benéfica pro recaudación de fondos en . En viajes anteriores ya había brindado ayuda a niños huérfanos y enfermos haitianos que habían sido trasladados a Santo Domingo luego del terremoto. Asimismo, Carlos Falcó Fernández de Córdoba, marqués de Griñón dio a conocer durante La Hora del Té, que el Padre Ángel consiguió que les regalaran las velas usadas en las naves que compitieron en la Copa América, pues son de un material resistente e impermeable con las que pudieron hacer casas de campaña que darán un techo provisional a 20 mil personas en Haití. Para culminar la visita en la isla, Ángel García recibió en Santo Domingo una condecoración del Centro Asturiano, de manos de Pepín Corripio, por sus labores humanitarias y la gran ayuda que ha aportado luego de la catástrofe del 12 de enero. Mensajeros de la Paz, organización no gubernamental con sede en España donde ha recibido el Premio Príncipe de Asturias de la Concordia, está en proceso de incorporación en República Dominicana. Cuenta con un Hogar Refugio, cuyo teléfono es 829-213-8434. Para correspondencia, su domicilio social está en Bloque 27, Casa número 5, Costa Brava.

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