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¿Regresarán con Elon Musk los proscritos de Twitter?

Seguidores de la teoría conspirativa QAnon, neonazis y un expresidente estadounidense, la lista de gente vedada de Twitter es larga, pero su exilio podría finalizar próximamente si se aprueba la oferta de 44.000 millones de dólares de Elon Musk para adquirir la red social.

Musk, el hombre más rico del mundo, dueño de SpaceX y Tesla, se considera un absolutista de la libertad de expresión y cree en admitir cualquier contenido en tanto no viole la ley.

Aunque Musk no ha dicho concretamente cómo manejaría la red, sus observaciones provocan a la vez manifestaciones de alegría en algunos amordazados por Twitter y de alarma en expertos en seguridad del internet que pronostican un aumento del acoso, el discurso de odio racial y desinformación sobre temas como las vacunas y las elecciones.

Desde el expresidente Donald Trump hasta el teórico conspirativo Alex Jones, pasando por el supremacista blanco David Duke, un vistazo a los que podrían regresar a Twitter si se aprueba la oferta de Musk.

Trump no retornará

Trump dijo que no regresará a Twitter aunque Musk levante la veda impuesta tras el mortífero asalto al Capitolio en Washington del 6 de enero de 2021. La red social expresó el temor de nuevas incitaciones a la violencia.

Tras la expulsión, Trump creó su propia plataforma, Truth (verdad) Social, lanzada a principios de año.

“No me voy a Twitter. Me quedo en Truth”, dijo Trump a Fox News la semana pasada. “Espero que Elon compre Twitter porque la mejorará y es un buen hombre, pero yo me quedaré en Truth”.

La cifra de seguidores de Trump en Twitter era una de las más grandes del mundo, y usaba su cuenta para denigrar a sus críticos, difundir mentiras sobre la elección de 2020 y amplificar la desinformación potencialmente peligrosa sobre el COVID-19.

Entre los aliados de Trump vedados por Twitter se encuentran sus asesores Steve Bannon y Roger Stone, así como la legisladora Marjorie Taylor Greene, expulsada a perpetuidad por propagar desinformación sobre el COVID-19 y las vacunas.

El mayor reto para Musk bien podría ser el contenido que, sin ser ilegal, llama al odio basado en la raza, el género, la orientación sexual o la religión, entre otros temas.

Entre los supremacistas blancos vedados por Twitter están Duke y la organización Proud Boys y provocadores de ultraderecha como uno que, bajo el seudónimo de Baked Alaska, promovía consignas antisemitas y debe responder a cargos derivados de su participación en el asalto al Capitolio del 6 de enero.

Los esfuerzos de Twitter por vigilar el discurso de odio han dado resultados mixtos. Algunos líderes extremistas están vencidos, pero una búsqueda rápida en la red descubre numerosos insultos y ataques racistas.

Twitter empezó a reprimir el contenido de QAnon hace años y aceleró el proceso tras el ataque al Capitolio. Hasta el año pasado había suspendido más de 150.000 cuentas, según la propia empresa.

La teoría conspirativa QAnon sostiene que Trump combatía al llamado estado profundo y una camarilla de caníbales satanistas que mantienen una operación de tráfico de menores. Había algunos creyentes en la turba que asaltó el Capitolio.

Algunos están ansiosos por regresar a la red social.

“La compra de Twitter es un hecho”, escribió Ron Watkins, un conocido dirigente de QAnon, en la plataforma Telegram. “Las cuentas vedadas serán restauradas”, pronosticó.

David Icke fue expulsado de la red hace dos años por difundir denuncias de que los judíos y las torres 5G eran los responsables de la pandemia. Icke es un promotor de la creencia de que una raza de lagartos dominan la Tierra haciéndose pasar por líderes humanos.

Alex Jones, el creador de Infowars, fue expulsado a perpetuidad en 2018 por su conducta abusiva. Jones acaba de perder una demanda por difamación iniciada por padres de los niños muertos en un tiroteo en la escuela de Newtown, Connecticut, en 2012, por sostener que el tiroteo era un invento. Infowars ha solicitado la quiebra.

Tal vez Trump no sea el único expulsado de Twitter que se siente feliz en su nuevo hogar. Plataformas nuevas como Gab, GETTR y Parler han crecido al aceptar a usuarios de derecha y ultraderecha que detestan las políticas de moderación de Twitter y Facebook.

Los nuevos sitios tienen escasa o nula moderación: es fácil encontrar símbolos nazis, amenazas homófobas y contenido misógino junto con conversaciones sobre temas políticos o culturales.

Al conocer la oferta de Musk, el CEO de Gab, Andrew Torba, pronosticó que el multimillonario tendrá problemas para realizar su visión para Twitter. Las promesas absolutistas de Musk tal vez no resulten atractivas para los empleados de Twitter, que podrían resistirlas, según Torba.

El CEO de Parler, George Farmer, dijo algo similar en un mensaje a los usuarios.

“No nos vamos”, escribió.

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