Escocia se juega su futuro constitucional en las urnas

Escocia elegirá su nuevo Parlamento el próximo jueves, en unas elecciones en las que el Partido Nacional Escocés (SNP) busca la mayoría absoluta como mandato para un nuevo referéndum de independencia. El singular sistema electoral y el regreso a la política del ex ministro principal Alex Salmond marcarán los comicios.

Más de cuatro millones de personas podrán votar y las encuestas “sugieren que el SNP coquetea con la mayoría absoluta”, que utilizaría como encargo para organizar un referéndum de independencia, tal como sucediera hace diez años, explica a Efe el experto político John Curtice.

Son unas elecciones “de ideología, valores e identidad” donde “la cuestión constitucional es fundamental” y la gran pregunta es “si el Partido Nacional Escocés conseguirá mayoría absoluta”, 65 de los 129 miembros del Parlamento, analiza Curtice, profesor en la Universidad de Strathclyde.

En la actualidad “el SNP es el partido dominante”, tras catorce años en el poder, y “gobierna en minoría, en colaboración necesaria con los verdes para legislar" -ambas formaciones cuentan con 61 y 5 representantes, respectivamente-, indica por su parte a Efe Emily Gray, directora de Ipsos Mori en Escocia.

El particular sistema electoral en Escocia y la incógnita de nuevos valores políticos como el novicio líder laborista, Anas Sarwar, la reaparición en escena del nacionalista Salmond y el empuje del Partido Verde despejarán esta ecuación.

Los comicios se celebran con un sistema de voto mixto. Una primera lista elige a un único parlamentario por circunscripción, mientras que una segunda lista asigna asientos parlamentarios adicionales con un método proporcional y penaliza al partido más votado en el primer reparto.

REFERÉNDUM EN LA PAPELETA

La sociedad “es consciente de que se decide sobre la nueva celebración o no de un referéndum” afirma Gray. “Un 25 % del electorado aún no ha decidido su voto”, puntualiza.

La independencia dirige y divide el voto para un 49 % de los escoceses, según Ipsos Mori.

Esta división está también en las fuerzas políticas, escindidas entre pro-unionistas (Partido Conservador, Laborista y Liberal-Demócrata) y pro-independentistas (SNP, Partido Verde y la nueva formación Alba).

Entre los independentistas, las diferencias se basan en los métodos propuestos para lograr su fin. La pregunta dentro del movimiento nacionalista es “¿qué pondrá al Gobierno del Reino Unido bajo mayor presión?”, señala el profesor Curtice.

El experto sostiene que el nacionalismo se divide en diversas visiones. Salmond, que le disputa la hegemonía al SNP, cree que "el movimiento nacional en Escocia es mayor que un único partido" y busca una mayoría parlamentaria plural.

La formación de Sturgeon, en cambio, aspira a ser la única voz independentista, tratando de aprovechar deliberadamente el sistema electoral para hacerse con todo el espacio parlamentario, y ello “podría levantar interrogantes sobre la legitimidad del resultado”, apostilla el profesor. Con todo, su estrategia “dio resultado en 2014, ¿por qué no ahora?”, resuelve.

La actual ministra principal escocesa, según Curtice, “ignorará a Salmond, incluso si llegara al Parlamento.”

Los cálculos del profesor son que Sturgeon necesita "cerca del 50 % de los votos en las circunscripciones”. De lo contrario, “dependerá de un buen resultado en el voto regional”, donde Salmond “espera hacer ganancia”: “Incluso sin hacer un gran resultado, con un 5 o 6 %, podría negarle la mayoría absoluta", alerta.

El margen de maniobra es estrecho: 73 de los 129 representantes son elegidos por voto directo, y diez de esos escaños se decidieron en las elecciones de 2016 por una escasa diferencia de votos del 4 %.

EL UNIONISMO COMPITE POR EL SEGUNDO PUESTO

El sector unionista, por su parte, no tiene “una estrategia clara a seguir”. El Partido Conservador y el Partido Laborista “luchan por el mismo mercado de votos y el segundo puesto”, afirma el profesor Curtice.

Ambas formaciones, según los sondeos, tienen similar intención de voto en las circumscripciones, un 21 % y un 20 % de media, respectivamente, mientras que los liberales se sitúan muy por debajo (6,5 %).

El líder del "torie" Douglas Ross se caracteriza por su rechazo frontal a otro referéndum, al contrario que el nuevo responsable laborista.

Sarwar ha dejado el debate constitucional a conservadores y nacionalistas, etiquetándolo de “antiguo”, y se ha centrado en la recuperación nacional de la pandemia.

Este mensaje “puede hacer que votantes laboristas opten por los conservadores en la región”, sostiene el experto académico, lastrando sus opciones de ser el principal partido de la oposición.

Emily Gray explica las motivaciones tras esa estrategia: “Sus votantes se dividen en dos a la hora de votar por un nuevo referéndum", por lo que el laborismo trata de contentar a ambos grupos.

Según Ipsos Mori, el 42 % de los votantes laboristas estarían a favor del derecho a decidir, explica Gray.

PRONÓSTICO DE MAYORÍA INDEPENDENTISTA

El profesor Curtice pronostica “una mayoría proindependentista en el Parlamento de Holyrood", ve "muy reñida" la posibilidad de que sea una mayoría absoluta del SNP y avanza que "el segundo puesto será para el Partido Conservador.”

“Una de las cosas más fascinantes de estas elecciones, -observa la directora Gray- es que gane o no por mayoría absoluta, el SNP estará bajo presión para celebrar un referéndum de independencia que, por ahora, no está nada claro quién lo ganaría, dado que las encuestas están a la par”.

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