Huracán Laura se fortalece a categoría 4 en camino a EEUU

Esta imagen satelital tomada el miércoles 26 de agosto de 2020 a las 2:40 p.m. hora del Este de EEUU y suministrada por la NOAA, muestra al huracán Laura mientras avanza por el Golfo de México. (NOAA vía AP)

Esta imagen satelital tomada el miércoles 26 de agosto de 2020 a las 2:40 p.m. hora del Este de EEUU y suministrada por la NOAA, muestra al huracán Laura mientras avanza por el Golfo de México. (NOAA vía AP)

Laura se convirtió el miércoles en un amenazante huracán de categoría 4 que podría generar una marejada ciclónica de hasta 6 metros (20 pies) de altura que, según los meteorólogos, sería letal y capaz de sumergir a comunidades enteras. Las autoridades imploraron a los residentes de Texas y Luisiana que evacuen las zonas costeras y expresaron su preocupación por el bajo número de personas que han abandonado el área.

La tormenta aumentó su magnitud en casi un 87% en cuestión de 24 horas hasta alcanzar un tamaño que el Centro Nacional de Huracanes describió como “extremadamente peligroso”. Se prevé que el sistema toque tierra entre la noche del miércoles y las primeras horas del jueves como el huracán más potente en impactar Estados Unidos en lo que va del año.

“Parece una bestia”, dijo el investigador de huracanes de la Universidad de Miami Brian McNoldy. “Eso es algo que no quieres ver si estás en su camino”.

Los meteorólogos pronostican que los vientos alcanzarán los 241 km/h (150 mph), pero podrían debilitarse un poco antes de tocar tierra. Se esperan, además, hasta 38 centímetros (15 pulgadas) de lluvia en algunas zonas.

Una de las principales autopistas de Luisiana ya registra grandes encharcamientos a medida que las bandas externas de Laura se aproximan a tierra con vientos con fuerza de tormenta tropical. Miles de costales de arena fueron colocados a los costados de los caminos en la pequeña localidad de Lafitte, y los vientos se fortalecieron mientras las personas salían a abastecerse de provisiones en Delcambre, una comunidad de baja altitud. Trent Savoie, de 31 años, afirmó que no pretende evacuar.

“Con cuatro niños y 100 cabezas de ganado, es muy difícil dejar el lugar”, declaró.

Los gobernadores de Texas, Greg Abbott, y de Luisiana, John Bel Edwards, temen que las alarmantes predicciones no estén teniendo efecto en la población a pesar de que las autoridades han emitido órdenes obligatorias de evacuación para más de 500.000 residentes de zonas costeras.

Edwards activó la tarde del miércoles a toda la Guardia Nacional del estado. En Lake Charles, Luisiana, elementos de la Guardia Nacional condujeron autobuses escolares a través de varios vecindarios para recoger a familias. Justo del otro lado del límite estatal, en Port Arthur, Texas, muy pocos residentes rezagados decidieron abordar los vehículos de emergencia, y las autoridades de la ciudad anunciaron que dos aviones de carga C-130 ofrecían la última oportunidad para salir del área.

Abbott advirtió que las familias que no abandonen la trayectoria de impacto podrían no recibir ayuda durante mucho tiempo después del paso de la tormenta.

Un huracán de categoría 4 puede casar daños tan catastróficos que la interrupción del servicio eléctrico podría prolongarse varios meses en algunas zonas, y áreas extensas podrían quedar inhabitables por semanas o meses. La amenaza de tal devastación representa un nuevo desafío en ayuda contra desastres para un gobierno que aún debe lidiar con la pandemia de coronavirus. Algunas de las zonas bajo órdenes de evacuación en Luisiana también registran una elevada tasa de casos de COVID-19.

El Centro Nacional de Huracanes siguió aumentando los estimados de la marejada ciclónica de Laura, de 3 metros (10 pies) hace un par de días, hasta el doble de ese tamaño, una altura que según los meteorólogos sería letal.

Para la tarde del miércoles, Laura tenía vientos máximos sostenidos de 233 km/h (145 mph) y su vórtice se ubicaba a unos 250 kilómetros (155 millas) al sur de Lake Charles.

“Sigan las recomendaciones de sus autoridades locales. Si les piden que se vayan, ¡váyanse! Hoy su vida depende de ello”, dijo Joel Cline, coordinador del programa tropical del Servicio Nacional de Meteorología. “Es un día grave y necesitan escuchar a las autoridades”.

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