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Nuevo aplazamiento de comicios amenaza con tensar a Bolivia

La postergación por tercera vez de las elecciones presidenciales hasta el 18 de octubre en Bolivia amenaza con elevar la tensión y ahondar la crisis política en momentos en que más golpea la pandemia, según autoridades, políticos y analistas.

El mayor sindicato cocalero, leal al expresidente Evo Morales, anunció el viernes protestas desde la próxima semana hasta que el Tribunal Supremo Electoral “revoque su decisión unilateral” de aplazar las comicios previstos inicialmente para el 6 de septiembre, dijo el dirigente Leonardo Loza.

En tanto, el Movimiento Al Socialismo (MAS) el partido de Morales que controla el Legislativo, estaba en reuniones y consultas para emitir un pronunciamiento tras la decisión del Tribunal Supremo Electoral (TSE) de aplazar los comicios. Políticos de ese grupo han dicho que la postergación debe ir en consulta a los legisladores.

Por la tarde la bancada del MAS en diputados emitió un comunicado en el que señala que el anuncio del Tribunal Supremo Electoral “es un abuso y una arbitrariedad, viola las leyes que establecen que el TSE puede establecer la fecha de elecciones como máximo el 6 de septiembre de 2020”.

“Esta decisión unilateral y arbitraria, sobrepasa a la Asamblea Legislativa Plurinacional expone a los vocales a eventual responsabilidad”, se agrega en el documento.

Desde su exilio en Buenos Aires, Morales calificó lo sucedido mediante Twitter como un “golpe a la democracia” y acusó de “prorroguismo” a la presidenta interina Jeanine Áñez. El único órgano que puede modificar la fecha es el Legislativo, dijo.

Los comicios estaban programados para el 3 de mayo, después fueron aplazados para el 6 de septiembre y ahora para octubre. “El Gobierno respetará la decisión del TSE, pero preocupa que jueguen con las fechas. Eso genera mayor incertidumbre”, dijo el Ministro de Obras Públicas, Iván Arias.

El MAS pareció quedarse solo y en desventaja. Los otros siete candidatos y organizaciones civiles calificaron de atinado el aplazamiento ante el embate de la pandemia. El partido de Morales que postula al exministro de Economía, Luis Arce, afronta una complicada situación con dos demandas que podrían sacarlo de la carrera electoral y un bajón en las preferencias electorales.

Una de las demandas tiene que ver con denuncias de supuesto fraude electoral en contra de Morales en las anuladas elecciones de octubre del año pasado.

Arce aparece empatado con Mesa con 26% de intención de voto cada uno, mientras Áñez está tercera con 14%, según la encuesta de Ipsos para la cadena de televisión RPT divulgada la semana semana con un margen de error de 2,2 puntos porcentuales. Mercados y Muestras dio a Arce 24% y a Mesa 20% con 20% de indecisos mientras que Añez aparece con 16% en una encuesta divulgada esta semana por el diario Pagina Siete con un margen de error de 2,95 puntos porcentuales.

Sin competidores en la izquierda, Arce hace frente a sus rivales del centro y la derecha divididos en tres alianzas.

“Áñez es la que más se beneficia políticamente con el cambio de fecha. Su apoyo estaba en bajada, ahora tendrá más tiempo para reagruparse”, según Rodrigo Riaza, analista de la unidad de Inteligencia del diario británico The Economist.

Hasta antes de la pandemia, Arce aparecía con un 34% y una holgada ventaja frente a sus adversarios. El gobierno de Áñez no para de culpar a Morales por el estado deficiente de la salud pública a pesar de sus 14 años en el poder, el mandato más largo. Sin embargo, la gestión de la crisis y escándalos de corrupción han mermado el apoyo a la mandataria.

Morales renunció en noviembre en medio de violentas protestas que dejaron 36 muertes. Desde su exilio en Argentina sigue agitando la política de su país y cifra sus esperanzas en los comicios para recuperar el poder a pesar de que no es candidato.

“Por fin el TSE actuó como un gobierno electoral y no como una oficina administrativa cuyas decisiones eran consultadas al Legislativo”, opinó el analista Franklin Pareja ante la controversia que provocó la decisión del tribunal.

“El MAS protestará la decisión, pero la crisis de salud pública le obligará a aceptar. Atrasar las elecciones era inevitable debido a la pandemia”, según Riaza. Mientras más se posterguen los comicios, “las tensiones crecerán y pondrán en riesgo la transición estable a un gobierno electo”.

El país más pobre de Sudamérica se encaminaba por una complicada transición cuando fue sorprendido por la pandemia, que ha puesto en crisis la capacidad de respuesta del Estado con una sistema precario de salud. Los hospitales quedaron rebasados, los cementerios no dan abasto, los saturados laboratorios despachan con demora los resultados y la economía necesita activarse con un 70% de informalidad.

El virus también ha golpeado al poder. Áñez y siete de sus ministros han dado positivo y se recuperan.Imágenes de velorios en las calles han expuesto al país

Hasta el viernes se confirmaron 65.252 positivos y 2.407 decesos, pero hay más casos que los reportados, admitió la ministra de Salud, Eidy Roca.

Para los analistas, el reto del país es zanjar su latente crisis política con elecciones transparentes en medio de la peor crisis sanitaria.

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