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China

"No tenemos alternativa", dicen los jóvenes en Hong Kong, dispuestos a todo para hacerse oír

AFP Hong Kong, Jovenes manifestantes

AFP Hong Kong, Jovenes manifestantes

Sabemos que violamos la ley, pero no tenemos alternativa", afirman los jóvenes manifestantes de Hong Kong que tomaron por asalto el parlamento local y están dispuestos a todo para hacerse oír por el gobierno pro-Pekín al que acusan de sordera.

La tensión subió varios niveles este lunes en la excolonia británica, escenario desde hace semanas de un movimiento de protesta histórico contra un controvertido proyecto de ley destinado a autorizar las extradiciones a China continental.

Tras una quincena de días de relativa calma, el aniversario de la retrocesión de Hong Kong a China el 1 de julio de 1997 fue la ocasión de escenas de caos y violencia sin precedentes en la ciudad.

Mientras que una marea de manifestantes vestidos de negro desfilaron pacíficamente bajo un sol sofocantes para reclamar como cada año reformas democráticas, otros hicieron irrupción en el Consejo Legislativo (LegCo), el Parlamento local, en el corazón del territorio semiautónomo.

Carros de hierro repletos de objetos diversos, barras metálicas, tenazas gigantescas: los manifestantes recurrieron a todo lo que tenían al alcance de la mano para derribar las puertas vidriadas del edificio e irrumpir en el recinto principal del parlamento.

Allí, desplegaron la bandera de la expotencia colonial británica, arrancaron los retratos de los dirigentes de la ciudad y pintaron grafitis con pintura negra en los muros. "Hong Kong no es China", proclamaba una de las consignas.

"No hay amotinados violentos, solo hay tiranía", decía una banderola desplegada por los manifestantes. Pintaron también dibujos obscenos y vandalizaron pantallas.

- "¡Agreguen aceite!" -

Los manifestantes son en su mayoría jóvenes, tienen el rosto cubierto, llevan cascos y paraguas para protegerse de posibles disparos de balas de goma y gases lacrimógenos.

"¡Agreguen aceite, agreguen aceite!", coreaban los participantes de este movimiento sin líder, retomando así un mensaje de aliento típicamente cantonés.

Sólo se retiraron cuando los policías advirtieron en la noche que iban a usar la "fuerza necesaria", replegándose en las calles aledañas. Luego, las fuerzas del orden lanzaron salvas de gases lacrimógenos.

Hong Kong y sus imponentes rascacielos son conocidos por sus protestas más bien inofensivas.

El inmenso movimiento a favor de la democracia de 2014 había sido mayoritariamente pacífico. Pero Pekín no había cedido nada a los manifestantes que reclamaban la elección del jefe de gobierno por sufragio universal y en los meses y años que siguieron las grandes figuras de la protesta fueron encarcelados.

- "No nos queda otra" -

Aunque Hong Kong fue transferida de Reino Unido a China en 1997, el territorio aún es administrado bajo un acuerdo conocido como "un país, dos sistemas".

Pero cada vez más hongkoneses tiene la impresión de que China aumenta su control sobre este territorio semiautónomo. Iniciado para rechazar el proyecto de ley sobre las extradiciones, el movimiento se amplió a una denuncia generalizada de las autoridades locales en las cuales los manifestantes ya no confían.

"No estoy de acuerdo con la violencia. Pero el gobierno no nos da alternativa. No nos queda otra que luchar", resume Cheung, una publicista de 24 años.

"Sabemos que violamos la ley, pero no tenemos alternativa", concluye.