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VIOLENCIA GÉNERO

Participación femenina en política evidencia violencia por género en A.Latina

Flavia Freidenberg, miembro del Instituto de Investigaciones Jurídicas de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).

Flavia Freidenberg, miembro del Instituto de Investigaciones Jurídicas de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).

Impulsar la participación política de las mujeres en América Latina ha contribuido a visibilizar "mucho más" la violencia política contra ellas por razón de género, alertaron este jueves expertas en un foro en Honduras.

Para la española Flavia Freidenberg, del Instituto de Investigaciones Jurídicas de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), en los últimos años en América Latina ha habido "una transformación fantástica" con relación a una mayor participación de mujeres en cargos de poder.

Señaló que la región latinoamericana ha tomado medidas de "acción afirmativa e incluso se ha aprobado la paridad de género" que obliga a los partidos políticos a promocionar la presencia femenina.

Freidenberg indicó que la paridad política aumentó la participación de mujeres no solo en cargos de poder, sino también en el ejercicio del poder, por lo que muchas de ellas se convirtieron "en una amenaza al poder establecido".

"La violencia política hacia las mujeres por ser mujeres ha sido como la consecuencia no deseada que enfrentamos por haber empoderado a las mujeres y haberlas hecho acceder a cargos de representación", subrayó la también politóloga y periodista.

Dijo que una mayor participación política femenina en América Latina ha permitido además "visibilizar mucho más esta pandemia" de la violencia por razón de género.

Bolivia es el único país de la región que ha tipificado como delito la violencia política contra las mujeres por razón de género, mientras que en el resto de los países hay proyectos, pero ninguno ha alcanzado el "consenso político" para aprobarlos.

Freidenberg lamentó que en la mayoría de los países latinoamericanos no existen "sanciones de tipo político" en relación al costo para las instituciones políticas en el caso de que uno de sus militantes sea sentenciado por violencia política en razón género.

"No hay ningún costo para el partido, no hay costo para el agresor, no hay costo para esa dirigencia", por lo que en muchos de esos casos "hay cierta impunidad", subrayó la experta, quien participó en el foro "La representación política de las mujeres en Honduras y América Latina: Buenas prácticas y desafíos para la construcción de democracias paritarias", celebrado en Tegucigalpa.

En su opinión, entre más poder tengan las mujeres existen "más posibilidades de que se conviertan en una amenaza hacia ese 'status quo' cuando sienten que nos las controlan o cuando son autónomas".

La política es percibida "solo como una cosa de hombres" y las mujeres son vistas "como intrusas, más que como un individuo de igualdad", destacó.

Freidenberg instó a las autoridades a trabajar en una ley que genere "sanciones partidistas" y "sanciones administrativas", promover campañas de prevención y protocolos de lucha contra la violencia política en razón de género al interior de los partidos.

El foro, auspiciado por el Centro Carter y el Observatorio Político de Mujeres, estuvo presidido por Jennie Lincoln, directora del Programa para América Latina y el Caribe de la organización de promoción de la democracia y los derechos humanos fundada por el expresidente estadounidense Jimmy Carter (1977-1981).

Lincoln dijo a Efe que en la región hay "una preocupación enorme" por la violencia contra las mujeres en general, pero también en la vida política.

"La violencia contra la mujer es un tema preocupante no solo en la vida política, sino en general, cualquier democracia debe proteger los derechos humanos de todos", subrayó.

Dijo además que es necesario proteger el derecho de las mujeres de participar en política, pero también en todos los ámbitos de la vida.

"Hay una ola de violencia contra mujeres en el hemisferio", enfatizó Lincoln, quien dijo que es responsabilidad de los Gobiernos y Organizaciones No Gubernamentales "levantar la alarma" sobre la necesidad de asegurar a través de leyes y normas la protección de los derechos a las féminas.

Honduras, donde una mujer es asesinada cada 18 horas y en estas circunstancias murieron 350 en 2018, según la experta del Centro Carter, puede liderar en Centroamérica "un movimiento" que asegure la "seguridad a las mujeres" en la región, considerada una de las más violentas del mundo.