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Huelga y marchas contra ajustes en Argentina

Sindicatos argentinos encabezaron ayer un paro nacional de dispar acatamiento y marchas en contra de las políticas de ajuste del gobierno de Mauricio Macri en un marco de creciente conflictividad social y de cara a los comicios en los que el presidente se jugará su reelección.

El paro, el quinto contra el mandatario conservador, fue impulsado por Hugo Moyano, jefe del combativo sindicato de camioneros, y los dirigentes Central de Trabajadores de la Argentina. Los gremialistas cuestionan las medidas de ajuste que han disparado en los últimos meses el desempleo y la pobreza, que afecta a 32% de la población, y abogan por que Macri no repita mandato.

En Buenos Aires el paro se sintió con fuerza en los aeropuertos por el cese de actividades de los pilotos, en el metro, en bancos, escuelas y hospitales públicos y en el poder judicial. La recolección de basura y el transporte pesado en las carreteras también estuvieron paralizados al ser actividades en las que los gremios responden a Moyano, mientras que la actividad laboral en la zona céntrica de la capital fue restringida.

Si bien los ferrocarriles urbanos funcionaron normalmente, en las líneas de autobuses el acatamiento fue dispar. Medio centenar de líneas urbanas se adhirieron a la huelga en desacato a la decisión de la conducción de la Unión Tranviaria Automotor de no plegarse a la medida, lo que muestra las divisiones internas dentro del sindicalismo entre gremios combativos y los de línea más conciliadora.

La policía de la ciudad de Buenos Aires reportó la detención de 39 personas durante la jornada, de los cuales una veintena estuvo involucrada en actos intimidatorios contra choferes de autobuses que no adhirieron al paro, informó en un comunicado.

Los restantes apresados cometieron destrozos contra sucursales de dos bancos en el centro de la ciudad.

Como parte de la protesta, los gremialistas y organizaciones sociales de izquierda también cortaron accesos a la ciudad y se movilizaron a la Plaza de Mayo, frente a la Casa de Gobierno. Allí cerraron la jornada con encendidos discursos contra la política económica del gobierno.

Sergio Palazzo, líder del sindicato Asociación Bancaria, afirmó que "meten miedo diciendo que si no ganan en (las elecciones de) octubre llega el caos a la Argentina, como si no hubiera caos con dos dígitos de desempleo y 100.000 puestos de trabajo que se perdieron en el sector industrial", afirmó.

"Se están afanando (robando) el país entre el gobierno y el Fondo Monetario Internacional", dijo en referencia al préstamo millonario que ese organismo concedió a Argentina en 2018 en medio de una crisis cambiaria que provocó una devaluación del peso de más de 50% y disparó la inflación, a cambio de la aplicación de medidas de mayor ajuste para equilibrar las cuentas públicas.

Pablo Micheli, uno de los líderes de la Central de Trabajadores de la Argentina, afirmó que Macri es un "presidente peligroso" y reclamó que "vuelva el Peronismo y un gobierno popular" para lo cual "hay (que) acompañar el camino a las elecciones con el movimiento obrero en la calle, para que no nos sigan saqueando".

Macri, en el poder desde fines de 2015, había cuestionado con anterioridad a los huelguistas mientras inauguraba una planta potabilizadora. "Elegimos este día para arrancar trabajando cuando otros en un momento difícil para el país deciden parar", dijo.

El mandatario manifestó su "convicción" de seguir adelante con sus reformas "en este momento en que los mercados están dudando si vamos a volver atrás".

"Se equivocan. Nosotros aprendimos de lo que pasó y los argentinos queremos encontrar nuestro lugar desde el trabajo, no queremos más mentiras", dijo en alusión a su antecesora, la peronista Cristina Fernández (2007-2015), su principal rival y quien aún no ha definido si participará en los comicios.

En las últimas semanas el panorama económico se complicó debido a la creciente devaluación del peso y la aceleración de la inflación en medio de la desconfianza de los mercados por la actual gestión económica y también por el recelo que genera Fernández, defensora de políticas intervencionistas. En el primer trimestre del año la inflación acumuló casi un 12%.

La medida de fuerza antecede al cese de actividades que realizarán el miércoles los gremios del transporte en coincidencia con el Día del Trabajador, en reclamo de mejoras salariales.

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