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España

Gana el PSOE pese al avance de partido extrema derecha

Pedro Sánchez, al centro, durante la celebración de los resultados electorales en la sede del PSOE en la Calle Ferraz de Madrid. EFE

Pedro Sánchez, al centro, durante la celebración de los resultados electorales en la sede del PSOE en la Calle Ferraz de Madrid. EFE

El Partido Socialista ganó ayer domingo las elecciones generales en España, pero necesitará pactos para renovar su gobierno, mientras que el otrora dominante Partido Popular perdió más de la mitad de sus diputados ante la irrupción de la extrema derecha en la cámara baja por primera vez en cuatro décadas.

Con cerca del 100% de los votos contados, el partido del presidente del gobierno, Pedro Sánchez, tenía 123 escaños, el equivalente al 28,6% de las boletas, pero se quedó lejos de los 176 que otorgan la mayoría parlamentaria. Al otro lado del espectro político, Vox, que hasta hace unos meses era una formación residual, entró con fuerza al Parlamento: la extrema derecha tendrá 24 representantes por primera vez desde la década de 1980.

Proceso de diálogo En su discurso ante sus simpatizantes, Sánchez dijo que abrirá un proceso de diálogo con otras formaciones políticas para intentar forjar la que podría ser la primera coalición de la democracia española.

“No vamos a poner cordones sanitarios. La única condición es respetar laáConstitución, avanzar hacia laájusticia social, la convivencia y la limpieza política”, declaró desde un podio instalado en el exterior de la sede del partido, en el centro de Madrid.

Sánchez, que estuvo acompañado por varias responsables del partido y por su esposa, escuchó cómo la militancia coreó en varias ocasiones “¡Con (Albert) Rivera no!”, en referencia a un posible pacto con el partido de centroderecha Ciudadanos, que fue uno de los grandes vencedores de la noche y se coronó como tercera fuerza política con 57 parlamentarios.

Su socio de gobierno más probable seria el partido antiausteridad Unidas Podemos, que junto a su afiliado catalán ECP-Guanyem, y pese a recibir menos apoyos que hace tres años, sacó 42 representantes. Como ya hizo en campaña, durante la noche electoral su líder, Pablo Iglesias, se mostró abierto a negociar con el PSOE.

“Las fuerzas progresistas en su conjunto tienen más peso parlamentario que la derecha y la extrema derecha”, apuntó.

Los españoles acudieron a votar en masa en una soleada y calurosa jornada en la que la participación alcanzó el 75,75%, o 26,3 millones de electores, según el Ministerio del Interior, frente al 66,48% de las últimas elecciones generales de 2016, que fue la más baja en democracia.

Frente al auge de la extrema derecha en otras naciones de todo el mundo, en la victoria de la izquierda jugó un papel importante el rechazo a la propuesta de Vox, señaló Cristina Ares, experta en política de la Universidad de Santiago de Compostela.

“El rechazo tiene que ver también con el modelo territorial, porque los distintos partidos que no son de ámbito estatal suben”, señaló Ares.

Recesión y recortes El descontento entre los votantes españoles aumentó a medida que el país enfrentó una recesión, recortes por la austeridad, escándalos de corrupción, divisivas demandas de independencia desde Cataluña y un auge del nacionalismo de derechas que no se veía desde el final de la dictadura del general Francisco Franco a finales de la década de 1970.

La entrada de Vox en el Parlamento redefinió el reparto de fuerzas en la derecha española.

El conservador Partido Popular, que fue el más votado en 2016, sufrió una contundente pérdida de respaldos y pasa a apenas 66 representantes desde los 137 de la última legislatura.

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