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ESTADOS UNIDOS

Mark Milley, un general franco y firme para orientar la política militar de Trump

El general Mark Milley, nominado ayer como nuevo jefe del Estado Mayor Conjunto de EE.UU., es un líder carismático, franco y sin tapujos, que participó en las invasiones estadounidenses de Panamá y Haití a finales del siglo XX y dirigió a las tropas norteamericanas en las guerras de Irak y Afganistán.

El presidente estadounidense, Donald Trump, anunció en un tuit que nominará a Milley para reemplazar al general Joseph Dunford en el cargo militar de mayor rango en Estados Unidos, el encargado de coordinar las cinco ramas de las Fuerzas Armadas de EE.UU. y de desarrollar planes castrenses. "Estoy encantado de anunciar mi nominación del general de cuatro estrellas Mark Milley, actual jefe del Estado Mayor del Ejército de EE.UU., como jefe del Estado Mayor Conjunto, reemplazando al general Dunford, que se retirará", escribió Trump en su cuenta de Twitter.

No está claro cuándo se producirá el relevo, dado que el mandato de Dunford no caduca hasta octubre de 2019 y ese general no ha dado señales de querer terminar prematuramente su misión. Pero, de ser confirmado por el Senado, Milley se convertirá en el principal asesor castrense del presidente de EE.UU. y del secretario de Defensa, Jim Mattis.

El general, de 60 años, tiene fama de carismático, extrovertido y franco, cualidades que contrastan con el estilo contenido y prudente de Dunford, quien evitaba hacer declaraciones a la prensa y logró esquivar desencuentros públicos con Trump.

Milley, en cambio, no dudó en expresar una opinión aparentemente crítica con la postura de Trump en agosto de 2017, cuando el mandatario apuntó a una supuesta equivalencia moral entre los neonazis y los manifestantes de izquierda en Charlottesville (Virginia), donde se produjeron violentos disturbios.

"El Ejército no tolera el racismo, el extremismo ni el odio en nuestras filas. Está en contra de nuestros valores y de todo lo que hemos defendido desde 1775", escribió entonces Milley en su cuenta de Twitter, unas declaraciones que expresaban una condena mucho más clara a los neonazis que la esgrimida por el mandatario. Como asesor militar de Trump, Milley tendría que manejar las polémicas e impulsivas decisiones del presidente, como su orden de desplegar a cerca de 5.600 militares en la frontera con México para disuadir a los inmigrantes indocumentados de entrar al país.

Esa medida generó resistencia en el Pentágono, donde muchos temían que se estuviera usando a los militares para fines políticos, especialmente antes de las elecciones legislativas de noviembre. Está por ver si Milley se muestra igual de tajante con Trump que con el Congreso, al que el año pasado acusó de "negligencia" por sus dificultades para aprobar un presupuesto de defensa.

Casado y con dos hijos, el actual jefe del Estado Mayor del Ejército tiene casi cuatro décadas de carrera militar a sus espaldas, y una docena de prestigiosas condecoraciones castrenses. Entre los despliegues militares en los que participó se encuentran la invasión de Panamá en 1989, que acabó con la dictadura militar de Manuel Antonio Noriega, y la intervención liderada por EE.UU. en 1994 y 1995 contra los militares golpistas que habían depuesto al presidente Jean-Bertrand Aristide en Haití.

También formó parte de operaciones militares en Colombia, en Egipto, en Somalia y en Bosnia-Herzegovina, según su biografía en la página web del Pentágono. Milley fue comandante de las fuerzas especiales tras la invasión de Irak en 2003, y desempeñó tres misiones en la larga guerra que comenzó en 2001 en Afganistán, incluida una como vicecomandante de las fuerzas estadounidenses en el país centroasiático. Graduado en ciencias políticas en la Universidad de Princeton y con másteres en estudios internacionales y estratégicos en la Universidad de Columbia y la Facultad Naval de Guerra, Milley tiene fama de brillante pensador, y muchos creen que estaría dispuesto a salir por televisión más que Dunford, un rasgo que Trump valora.

Aunque es consciente del coste humano de la guerra, Milley tiene claro que EE.UU. debe mantenerse vigilante en distintos frentes. "Si no mantenemos nuestro compromiso de seguir fuertes en el aire, el mar y la tierra, pagaremos la factura del carnicero con sangre, y perderemos para siempre el precioso regalo de nuestra libertad", afirmó cuando tomó las riendas del Ejército en 2015.

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