Distanciamiento con los aliados

El hecho de que el presidente estadounidense Donald Trump haya decidido, tan pronto como asumió el cargo, retirarse de varios acuerdos internacionales unilateralmente y sin tomar en cuenta las posturas ni opiniones de los aliados, ha causado un distanciamiento que al fin y al cabo ha dado al traste con las estrechas relaciones de antaño.

Dentro de los más afectados se encuentran la Unión Europea, que ha defendido el acuerdo firmado con Irán, con el fin de evitar que la nación oriental lograra producir energía nuclear armamentista, aunque Teherán vendiera la idea de que sus plantas eran para producir simplemente energía.

Otras de las naciones perjudicadas fueron Canadá y México. El mandatario considera que sus vecinos sacaba múltiples ventajas comerciales en sus relaciones con Washington a través del Tratado de Libre Comercio. Aunque ya se ha propuesto un tratado comercial con México, queda pendiente lo de las migraciones y el muro.

Trump no solo se retiró del acuerdo nuclear, sino que también volvió a poner sanciones que habían sido retiradas y que afectan a las naciones que hacen negocios con el régimen de Teherán... entre ellas la Unión Europea.

Antier, Federica Mogherini, la jefa de la diplomacia europea, informó, luego de una reunión con los delegados de Irán, y Rusia, China, Francia, Reino Unido y Alemania, las cinco potencias que firmaron el pacto con el régimen de los ayatolás, todos con una relación diplomática no tan acorde con Estados Unidos, a propósito de la conversaciones en las Naciones Unidas, que estaban buscando un canal de pago para evitar las sanciones estadounidenses para todos los países y compañías que tuvieran relaciones comerciales con Teherán.

La respuesta no se ha hecho esperar. Mike Pompeo, secretario de Estado de EE.UU., reveló que se siente “perturbado y profundamente decepcionado”, por el poco aval al embargo en cuestión.

Los negocios se impondrán a pesar del agradecimiento que históricamente debe tener toda Europa hacia los estadounidenses... y Donald Trump percibirá lo que se siente tener pocos países amigos. George W. Bush sabe mucho de eso.