Haddad confía en seducir a los fieles de Lula tras el "trauma" de su inhabilitación

El candidato del Partido de los Trabajadores (PT), Fernando Haddad, confió el jueves en su capacidad de atraer a los votantes del encarcelado expresidente Luiz Inácio Lula da Silva, quien le designó el martes para sustituirle a menos de cuatro semanas de las elecciones más inciertas de Brasil.

"El trauma [por la inhabilitación de Lula] es natural", dijo Haddad durante un encuentro con corresponsales extranjeros en Sao Paulo.

"La gente se va a ir informando durante estas semanas, tomando una cierta distancia del trauma y reposicionándose".

Lula era favorito en las encuestas, con 37% a 39% de intenciones de voto, pero Haddad, que era su compañero de fórmula, hasta ahora no ha llegado al 10%.

El exmandatario, inhabilitado el 1 de septiembre por su situación judicial, le designó como su sustituto a través de una carta leída a las puertas de la prisión de Curitiba (sur) donde el patriarca de la izquierda purga una pena de doce años y un mes por corrupción y lavado de dinero.

Pero Haddad, quien fue ministro de Educación de Lula, tiene claro quién llevará las riendas del proyecto.

"Somos un equipo que tiene un líder reconocido como el mayor líder de la historia del país y no hay ningún problema", respondió al ser interrogado sobre cómo gestionaría una presidencia con su mentor en la cárcel, y más aún si saliera de ella.

"Lula es una personalidad que dedicó la vida entera al país. Un día dijo que él y yo jugamos como Messi y Suárez, que combinamos muy bien. Obviamente, yo siempre le pasaba el balón para que marcara el gol", había explicado antes.

- 'Camino correcto' -

El reto de Haddad y de su ahora compañera de fórmula, la diputada comunista Manuela D'Ávila, es mayúsculo.

Este exprofesor universitario de 55 años es casi desconocido para muchos brasileños fuera de Sao Paulo.

El PT optó por aferrarse a la candidatura de Lula hasta el límite. Pero Haddad asegura que fue siempre partidario de esa estrategia, que retrasó el inicio de su campaña.

"¿Qué otra cosa podíamos hacer sino estar junto al presidente Lula? (...) ¿Renunciar a lo que creíamos por un cálculo electoral dudoso? Tomamos el camino correcto", aseguró.

En su carrera contrarreloj por alcanzar el segundo turno, donde todo apunta que estará el ultraderechista Jair Bolsonaro, Haddad deberá arañarle apoyos al centroizquierdista Ciro Gomes, muy fuerte en el nordeste de Brasil, que es también el bastión de Lula.

"No me preocupo de otras candidaturas porque entiendo que tenemos el mejor plan", zanjó al ser interrogado sobre su competidor.

Haddad se refirió igualmente a algunos puntos de los que formarían su política exterior, como la relación con Venezuela, aliada tradicional del Partido de los Trabajadores especialmente en los tiempos del fallecido Hugo Chávez.

"El ambiente allí no es democrático, pero el nuestro tampoco lo es tanto", valoró el candidato, refiriéndose a la destitución de Dilma Rousseff en 2016, proceso al que se refirió como un "golpe parlamentario a las instituciones".

Aunque consideró la situación en Venezuela aún más delicada.

"Retomar ese ambiente exigirá muchas mediaciones de Brasil, como ya hicimos en el pasado", recordó en alusión a los tiempos en los que el por entonces presidente Lula intervino para suavizar desacuerdos entre los Estados Unidos de George Bush y la Venezuela de Chávez, según contó.

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