Lula esperó hasta última hora para desistir de su candidatura presidencial
Luiz Inácio Lula da Silva, que ayer desistió de disputar la Presidencia en las elecciones de octubre en Brasil tras haber sido inhabilitado, esperó hasta última hora para anunciar a Fernando Haddad como su sucesor en la disputa con la vana esperanza de que algún recurso judicial salvara sus aspiraciones.
El expresidente alegó en una carta que escribió en la prisión que fue "arbitrariamente arrancado de la disputa electoral" por una Justicia que lo persigue y que quiere impedir la victoria del candidato que lideraba todas las encuestas de intención de voto, con hasta el 40 % del favoritismo.
"Es ante esas circunstancias que tengo que tomar una decisión en el plazo que fue impuesto de forma arbitraria. Y por eso le pido al PT (Partido de los Trabajadores) que sustituya mi candidatura por la de mi compañero Fernando Haddad, que hasta el momento desempeñó con extrema lealtad la posición de candidato a vicepresidente", afirmó.
La Justicia Electoral había advertido al PT que tenía plazo hasta las 19.00 hora local (22.00 GMT) de este martes para anunciar un nuevo candidato, luego de que Lula fuera declarado inelegible, o en caso contrario quedaría por fuera de la disputa electoral.
Sin esperanza de un revés judicial, Lula terminó anunciando su apoyo incondicional a Haddad y pidiendo votos para quien fuera su ministro de Educación y alcalde de Sao Paulo un par de horas antes del fin del plazo.
"Nosotros ya somos millones de Lulas y, de hoy en adelante, Fernando Haddad será Lula para millones de brasileños... Quiero pedir, de corazón, a todos los que votarían en mí, que voten en el compañero Fernando Haddad para presidente de la República", aseguró.
La carta fue leída por los dirigentes del PT en Curitiba, la ciudad en donde Lula está preso desde abril cumpliendo una condena de 12 años por corrupción, y en el acto en que anunció su nueva fórmula, integrada por Haddad como candidato a presidente y por la exdiputada Manuela d'Avila, del Partido Comunista do Brasil (PCdoB), como candidata a vicepresidente.
Lula agregó en su misiva que nunca hubiera desistido de su intención de disputar la Presidencia si los tribunales brasileños no le hubieran privado de todos sus derechos y si no hubieran rechazado la decisión en la que el Comité de Derechos Humanos de la ONU indicó que no de le podían negar sus derechos políticos.
"Por acción, omisión y aplazamiento, el Judiciario brasileño privó al país de un proceso electoral con la presencia de todas las fuerzas políticas. Negaron el derecho del pueblo de votar libremente. Me prohibieron de hablarle al pueblo y de aparecer en televisión. Me censuraron como en la época de la dictadura", dijo.
Ni el Tribunal Superior Electoral ni la Corte Suprema de Justicia llegaron a pronunciarse sobre los diferentes recursos que el PT presentó en la última semana para intentar habilitar a Lula como candidato.
Pero esa esperanza era vana porque tan sólo una hora después de que el PT anunciara su nuevo candidato, Celso de Mello, uno de los magistrados de la Corte Suprema, divulgó una sentencia en la que rechazó una de las peticiones de los abogados de Lula para que el plazo para sustituir al aspirante fuese aplazado.
Lula fue vetado de disputar las elecciones en base a una ley que él mismo sancionó y que impide expresamente que candidatos condenados en segunda instancia, como es su caso, puedan postular a un cargo electivo.
Haddad es el quinto ubicado en los últimos sondeos de intención de voto, con un 9 %, cinco puntos porcentuales a más que los que tenía en agosto.
Las encuestas las lidera el ultraderechista Jair Bolsonaro (24 %), hospitalizado después de ser apuñalado la semana pasada durante un mitin, a quien escoltan el laborista Ciro Gomes (13 %), la ecologista Marina Silva (11 %) y el socialdemócrata Geraldo Alckmin (10 %).
A menos de cuatro semanas para los comicios más inciertos en las últimas décadas en Brasil, Haddad confía en la transferencia de votos de su padrino político, pero sus rivales dudan que el tiempo sea suficiente.
"La intransigencia del PT y la forma como él fue presentado por la dirección del partido, en un anuncio fraudulento que insistía en Lula como candidato, hacen con que Haddad entre debilitado en la disputa", afirmó Ciro Gomes, que, según los sondeos, fue uno de los que más heredó votos de Lula.
Haddad tomó el bastón bastante optimista. "Es la hora de salir a las calles con la cabeza erguida a ganar estas elecciones", dijo en su primer discurso como candidato.