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Avances de la izquierda, arma de doble filo para demócratas

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Bill Barrow y Bob Salsberg, Associated Press/APBoston

Cuando Ayanna Pressley venció a un legislador de Massachusetts que llevaba diez términos en el distrito que alguna vez representó John Fitzgerald Kennedy, se sumó a la creciente lista de dirigentes izquierdistas de base que están revitalizando el Partido Demócrata. “Está en juego el alma de nuestro partido y el futuro de la democracia”, declaró Pressley. Estos avances de la izquierda están cambiándole el rostro a un Partido Demócrata que busca nuevos líderes y una nueva identidad en la era de Donald Trump.

Qué está pasando

Los dirigentes de base izquierdistas han logrado resultados mixtos en las primarias demócratas este año, pero el autotitulado “movimiento progresista” ha cosechado suficientes victorias como para indicar que su popularidad obedece a algo más que las protestas contra la Casa Blanca de Trump. El movimiento, por otra parte, está rejuveneciendo el partido, haciéndolo más diverso y liberal.

Ayanna Pressley y la neoyorquina Alexandria Ocasio-Cortez, dos mujeres de raza negra, derrotaron a representantes de gran trayectoria en las primarias. El movimiento progresista ayudó asimismo a postular a gobernador a tres dirigentes negros, incluido Andrew Gillum, quien despachó en las primarias a la candidata del establishment Gwen Graham, hija de un legendario político de la Florida que fue gobernador y senador.

Stacy Abrams, por su parte, aplastó en las primarias de Georgia a un rival que fue reclutado y apoyado por la vieja guardia demócrata de ese estado. De triunfar en noviembre, Abrams será la primera gobernadora de raza negra en la historia del país.

Una cantidad de candidatos a cargos municipales, estatales y nacionales son respaldados por agrupaciones de base como Indivisible, MoveOn.org, Partido de las Familias Trabajadoras y Our Revolution, una organización que surgió bajo el fragor de la campaña presidencial de Bernie Sanders.

¿Por qué es importante?

La votación de noviembre dirá hasta qué punto incide la tendencia a la diversidad y puntos de vista más liberales.

Los republicanos --y algunos demócratas-- afirman que el partido se está radicalizando demasiado, sobre todo afuera de las ciudades y en suburbios donde se concentra la base demócrata formada por liberales y comunidades no blancas.

Pressley y Ocasio-Cortez salieron airosas en bastiones demócratas, de modo que sus triunfos están casi garantizados en noviembre. Pero los republicanos tratarán de explotar la creciente presencia de la izquierda y su apoyo a propuestas como un seguro médico universal y la disolución de la policía inmigratoria (el Servicio de Inmigración y Control de Aduanas, conocido por sus siglas en inglés, ICE), en perjuicio de los demás candidatos demócratas.

La izquierda tiene dos respuestas para este argumento: 1) muchas de las propuestas que apoyan los candidatos más liberales --como un mayor control a la venta de armas, la expansión del seguro de salud Medicaid y un aumento del salario mínimo-- son bien vistas por el electorado en general, incluidos independientes y algunos republicanos; 2) los candidatos más liberales que no están asociados con la vieja guardia pueden atraer votantes que normalmente se abstienen en las elecciones de mitad de término.

Después de los comicios de noviembre, la nueva generación de dirigentes demócratas incidirá en el rumbo que toma el partido. Pressley y Ocasio-Cortez no decidirán si el partido conquista las 23 bancas que necesita para tener la mayoría en la cámara baja, pero harán sentir su voz en el bloque demócrata a la hora de formular políticas.

Por ejemplo, si bien tal vez no haya suficiente apoyo para un seguro médico universal, podrían impulsar una alternativa a los seguros privados de la actualidad. Y por más de que el pedido de 15 dólares por hora como sueldo mínimo sea tal vez irrealista en estos momentos, tal vez puedan forzar aumentos incrementales.

Lo que viene

Antes de noviembre habrá algunas contiendas interesantes que pueden servir para calibrar la influencia de la izquierda. En Delaware, Kerri Evelyn Harris, quien sirvió en las fuerzas armadas, trata de quedarse con la banca del senador Tom Carper, más moderado. Lleva las de perder, pero un desempeño decoroso sería una señal de que los actuales legisladores que buscan la reelección no la tendrán fácil. Algo parecido sucede en Nueva York, donde la actriz Cynthia Nixon busca derrocar al gobernador Andrew Cuomo en las primarias del 13 de septiembre.

No se pierda

Buena parte de la atención estará concentrada en las figuras con ambiciones presidenciales, algunas de las cuales han impulsado el movimiento del partido hacia la izquierda. Como Sanders con su campaña del 2016 y la senadora Elizabeth Warren, que promueve un populismo económico.

Sandres, Warren y los demás, sin embargo, deben estar atentos a lo que dicen las bases para no quedar mal parados. Es por ello que potenciales candidatos como los senadores Cory Brooker y Kamala Harris o el ex vicepresidente Joe Biden están apoyando una variedad de propuestas en estos momentos.

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