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LIBIA

Liberan al segundo hijo de Muamar al Gadafi

Saif al Islam, segundo hijo y supuesto sucesor de Muamar al Gadafi liberado anoche por las milicias libias que le retenían en el oeste del país, se encuentra en la ciudad oriental de Al Bayda, sede del gobierno del este del país, aseguró ayer el diario digital local "Libyan Express".

Según la publicación, Saif al Islam, sobre el que pesa una orden de busca y captura emitida por la Corte Penal Internacional (CPA), está en compañía de miembros de su tribu y de su familia y en "las próximas horas se dirigirá al pueblo libio".

En Al Bayda está instalado el llamado gobierno del este del país, bajo el auspicio del Parlamento de Tobruk -única institución libia que conserva legitimidad popular y reconocimiento internacional- y el control del mariscal Jalifa Hafter, jefe del Ejercito Nacional Libio (LNA) y uno de los hombres fuertes del país.

Semanas atrás, el ministerio de Justicia dependiente de Tobruk concedió una amnistía para Saif, al que el CPA acusa de crímenes contra la humanidad al considerar que ordenó matar y torturar a sus conciudadanos durante el alzamiento rebelde de 2011 que acabó con la dictadura de su progenitor.

En base a esas acusaciones, en 2015 un tribunal de Trípoli le condenó en ausencia a muerte tras un juicio criticado por sus presuntas irregularidades.

Saif al Islam fue capturado en noviembre de 2011, un mes después de que su padre fuera apaleado hasta la muerte, cuando al parecer trataba de huir del país rumbo a Níger a través de la ruta que sale de la ciudad meridional de Sebha.

Prisionero desde entonces, la milicia de la ciudad de Zontan que lo ha retenido todo este tiempo anunció hoy que lo había puesto en total libertad el viernes y que este había abandonado de inmediato la ciudad, aunque sin revelar su destino.

Libia es un estado fallido, víctima del caos y la guerra civil, desde que en 2011 la OTAN contribuyera a la victoria de los rebeldes sobre la dictadura de al Gadafi.

Seis años después, dos gobiernos se disputan el poder, uno en el oeste sostenido por la ONU y otro en el este bajo liderazgo de Hafter, que controla más de 60 por ciento del país.

A ellos se suma la poderosa ciudad-estado de Misrata, principal puerto comercial libio, y decenas de grupos armados que todo tipo que cambian a menudo de alianzas.

La situación ha favorecido el desarrollo de mafias dedicadas tanto al contrabando de petróleo como de armas, drogas e incluso de personas.

También de grupos yihadistas y salafistas vinculados tanto a la organización Estado Islámico como a la Organización de Al Qaeda en el Magreb Islámico (AQMI) y los tunecinos de Ansar al Sharia, que se extienden por todo el país.

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