MATRIMONIO CHINA

El amor reconcilia en China a dos pueblos tras siglos de altercados

EN WUSHAN Y YUEPU ESTABA PROHIBIDO CONTRAER MATRIMONIO CON UN HABITANTE DEL OTRO LADO DEL CAUCE DE AGUA

Un riachuelo de apenas un metro separa dos pueblos del este de China, enfrentados desde hace tres siglos por algunas rivalidades, pero una historia de amor ha reunido por fin a los antiguos adversarios.

En Wushan y Yuepu, con 7.500 habitantes entre ambos, situados en la provincia de Fujian, tenían una extraña tradición. Estaba prohibido contraer matrimonio con un habitante del otro lado del cauce de agua, explicó este viernes a la AFP Wang Hongdong, el más alto responsable de Wushan.

"Nadie se acuerda de cuándo empezó esta prohibición de los matrimonios, solo sabemos que nos hemos enfrentado durante 300 años por el derecho a usar el agua", explicó Wang, secretario del Partido Comunista chino en Wushan.

"Después las relaciones se apaciguaron, sobre todo en los últimos diez años. Empezamos a construir juntos una fábrica de zapatos y los jóvenes se entendían muy bien", prosiguió.

Sin embargo, la prohibición del matrimonio, dictada por la tradición, continuaba. Hasta que una chica de Yuepu se enamoró de un chico de Wushan hace tres años.

Para escapar a la maldición que presupone el matrimonio entre personas de ambos pueblos, los jóvenes casados decidieron abandonar Fujian e instalarse en otra provincia, a 1.500 kilómetros de distancia.

En 2015, la joven pareja volvió a sus pueblos para celebrar su matrimonio en casa del novio. No obstante, la familia de la joven seguía oponiéndose a la unión. Fue tras el nacimiento de dos bonitos niños cuando los habitantes de ambos pueblos dejaron de creer en la maldición, según Wang.

Para sellar la reconciliación y abolir oficialmente la prohibición de los matrimonios, los dos pueblos organizaron el lunes una ceremonia en presencia de autoridades budistas y comunistas. Más de 500 personas asistieron.

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