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Amnistía Internacional teme por trato que recibe "El Chapo"

Amnistía Internacional desea entrevistar al narcotraficante mexicano Joaquín "El Chapo" Guzmán porque según su defensa sufre maltratos en la prisión de alta seguridad donde se encuentra en Nueva York y donde también están recluidos hampones y terroristas, anunció ayer un representante del organismo internacional.

El grupo defensor de los derechos humanos "está preocupado de que las condiciones impuestas (a Guzmán) al parecer son innecesariamente severas y violan las normas internacionales a favor de un trato humano", escribió Justin Mazzola en una carta dirigida a la fiscalía federal en Brooklyn que lleva el caso federal contra el acusado.

Mazzola pretende que se le permita el acceso al Centro Correccional Metropolitano, en el sur de Manhattan, debido a las versiones de prensa de que la salud de Guzmán se ha deteriorado desde que lo trajeron en enero a Estados Unidos extraditado desde México para que responda a las acusaciones de que dirigía una red narcotraficante internacional y multimillonaria responsable de homicidios y secuestros.

La fiscalía federal declinó el jueves hacer declaraciones sobre el particular. La petición de Amnistía Internacional se debió a las quejas que los abogados de Guzmán presentaron sobre las condiciones de la Unidad Especial de Reclusión, donde los presos pasan 23 horas al día en celdas de 6 por 3,7 metros (20 por 12 pies) y se les prohíbe comunicarse unos con otros.

Antes, la unidad ha recluido a presos prominentes de alto riesgo como el jefe de la familia delictiva Gambino, John Gotti, y varios ex colaboradores del terrorista Osama bin Laden.

En documentos presentados ante un tribunal, la defensa afirma que un trastorno de ansiedad que le comenzó a Guzmán durante su encarcelamiento en México se ha agravado al punto de que "tiene dificultades para respirar, le duele la garganta y sufre de dolores de cabeza".

La defensa también señaló que Guzmán sufre "alucinaciones auditivas, y se queja de escuchar música en su celda incluso si tiene la radio apagada".

El gobierno estadounidense afirma que las condiciones de reclusión de Guzmán son las apropiadas para alguien que escapó en dos ocasiones de la cárcel en México, una de ellas por un túnel de 1,6 kilómetros (una milla) de largo que llegó hasta la sección de la ducha de su celda.

Los fiscales aseguran que aun cuando Guzmán estaba tras las rejas en México utilizaba mensajes en código, sobornos y otros medios para seguir controlando al cártel de Sinaloa y orquestar evasiones.

Después de un examen, el psicólogo de la prisión dijo que Guzmán escuchó la radio que tenía encendida un miembro del personal, según los fiscales.

La controversia sobre la radio persistió en los documentos más recientes de la defensa. Los abogados respondieron que "a menos que la radio toque música mexicana, el señor Guzmán escucha sonidos inexistentes".

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