MIGRACIÓN

Croacia instala centro de recepción de migrantes

SE PREVÉ QUE EL NUEVO CENTRO REGISTRE A LOS SOLICITANTES DE ASILO Y LUEGO LES ARREGLE TRANSPORTE PARA QUE SIGAN AVANZANDO

Refugiados caminan hacia Hungría en la región de Botovo en Croacia hoy, 21 de septiembre de 2015.

Refugiados caminan hacia Hungría en la región de Botovo en Croacia hoy, 21 de septiembre de 2015.

Croacia inauguró el lunes un centro de recepción de migrantes en la villa oriental de Opatovac, con la esperanza de poner orden al incesante caos que hay en este pequeño país balcánico abrumado por miles de personas que buscan refugiarse en Europa.

Unas 27.000 personas que huyen de la pobreza y el conflicto el Oriente Medio, África y Asia han ingresado en esta nación de 4,2 millones desde que Hungría cerró sus fronteras con Serbia el 15 de septiembre. El cierre frustró el paso a muchos inmigrantes, quienes vieron los caminos obstaculizados mientras los gobiernos analizan quién debe hacerse responsable de ellos.

Impulsado por las críticas de que ha hecho poco para ayudar con la marea humana, el ministro croata del Interior Ranko Ostojic visitó el campamento y abordó un camión lleno de solicitantes de asilo. En un tono más bien sencillo, se presentó con su primer nombre y dijo al grupo que no tenían nada que temer.

"Ustedes estarán poco tiempo en el campamento para tomar refrigerios, alimentos, lo que necesiten y luego serán transportados a Europa", dijo. "Por favor sigan las instrucciones de la policía. Todo estará bien. Gracias".

La policía erigió una cerca de metal que separa a los migrantes de la prensa. Exhaustos, muchos de ellos colgaron su ropa lavada en la valla mientras se recuperaban de los días que pasaron caminando de frontera a frontera, con la esperanza de llegar más al norte a Alemania o los países escandinavos.

Se prevé que el nuevo centro registre a los solicitantes de asilo y luego les arregle transporte para que sigan avanzando. Están preocupados, aunque se les prometió que al final los llevarán a Hungría o Eslovenia.

"Ahora estamos esperando su decisión. No sabemos qué pasará", dijo Salakh Arbash, un sirio de 18 años.

Sin embargo, la concesión es apenas un pequeño reflejo de la intensa presión que los países en el sureste de Europa han sentido a medida que siguen llegando.

Hungría advirtió el lunes a los migrantes no ingresar sin permiso a su territorio o serán castigados con cárcel.

En un aviso publicado en el diario An-Nahar, el de mayor circulación en Líbano, el gobierno húngaro informó que se "toman las acciones más duras posibles" contra las personas que tratan de ingresar a Hungría ilegalmente.

En otro reflejo de las preocupaciones de Europa, el expresidente polaco Lech Walesa dijo que los refugiados deben estar listos para respetar las normas y religión de Polonia, un país de tradición católica, en caso de ser aceptados.

El fundador de Solidaridad dijo que se necesitan normas de admisión, en medio de temores de que con el tiempo surjan problemas sociales y religiosos.

"Si alguien acepta las reglas, será admitido, si no, no, es su decisión", agregó el también Premio Nobel de la Paz.

La ONU calcula que 80% de las personas que ingresan a Europa por los Balcanes son de Siria, Afganistán e Irak. El otro 20% son de lugares como Pakistán, Bangladesh, Burundi y naciones del África subsahariana, de acuerdo con Babar Baloch, vocero de la agencia de refugiados de la ONU con sede en Budapest.

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