A DISTANCIA
BRICS Vs. Occidente
La presidenta de Brasil, Dilma Rousseff, ha tenido unas semanas bastante ocupada. Primero fueron las manifestaciones contra el Mundial de Fútbol, luego fue el Mundial de Fútbol y posteriormente la reunión de Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica, mejor conocida como los BRICS, y otras más en agenda.La frase que más se ha pronunciado en las reuniones fue “un nuevo orden financiero global”, lo que es lo mismo que una “nueva geopolítica mundial”, para las nuevas relaciones entre las naciones. Nadie lo ha dicho, pero es obvio que las “naciones emergentes” decidieron lanzar su propio banco de desarrollo (capital inicial de 50 mil millones de dólares) y un fondo de reserva (100 mil millones de dólares) para poder mantener cierta “autonomía frente a las instituciones internacionales” (en otras palabras el Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial, ambos regenteados por Occidente. Según el profesor Oliver Stuenkel, de la Fundación Getulio Vargas, de Sao Paulo, “los BRICS ha demostrado que Occidente no puede marcar el paso a los emergentes”, agregando que “rechazaron participar en los esfuerzos... para aislar a Rusia, mostraron que no creen en las sanciones, y evitaron que sacaran a los rusos del G20”. Algunos hablan de que la meta es dejar de lado las medidas estadounidenses y europeas en momentos de grandes crisis políticas y económicas. Al mismo tiempo, ampliar las relaciones con naciones que definitivamente no se encuentran entre los afectos de Washington, de potencias que se encuentran bastante lejanas de Latinoamérica, como por ejemplo Rusia, China e India. Pero no solamente propusieron un cambio en las relaciones con los organismos financieros occidentales, reclamando un mayor poder de votos. También “la apertura de escuelas que ofrezcan cursos de lenguas de los países de los BRICS, la creación de cursos masivos en internet que puedan ofrecer educación de calidad y más accesible para todos y las institución de una universidad que pueda tener campus en las diferentes naciones del bloque”. En la declaración final hicieron hincapié en que necesitan llevar a cabo las reformas acordadas en el año 2010 para que el FMI aumente la representatividad y la voz de los países en desarrollo. La casualidad es que la mayoría de integrantes de los BRICS mantiene una amplia disparidad con Washington.