CONFLICTO PALESTINO-ISRAELÍ

Israel y Palestina: De vuelta a la mesa de negociaciones 

INICIAN LAS CONVERSACIONES PARA LLEGAR A UN ACUERDO DE PAZ

Reinician las conversaciones entre palestinos e israelíes a instancias del Secretario de Estado norteamericano John Kerry, generando grandes expectativas sobre la resolución de uno de los conflictos más largos de la era moderna. Desde los acuerdos de Oslo de 1993 no se han logrado avances y los intentos de negociar de hace tres años fueron congelados por las reticencias de la delegación palestina. Kerry, siendo Secretario, ha viajado a la región en seis ocasiones para iniciar conversaciones. Ante los acercamientos, ya se hicieron gestos de buena voluntad. El Gobierno de Israel ha anunciado la liberación de algunos presos palestinos y ha frenado temporalmente la expansión de los asentamientos en Cisjordania. Los palestinos han parado las acusaciones contra Israel en organismos internacionales, incluyendo la intención de llevarlo ante la Corte Penal Internacional. A pesar del optimismo estadounidense con la ambiciosa iniciativa, se esperan presiones que podrían abortar el proceso. El Grupo Hamás que gobierna en la Franja de Gaza calificó las negociaciones como “postración ante las extorsiones de EE UU” y la Organización para la Liberación de Palestina (OLP) exige como condición que el futuro Estado palestino quede delimitado dentro de las fronteras de 1967. Este último sería uno de los puntos más controvertidos por la reticencia de Israel a ceder con la eliminación de los asentamientos. Sin embargo encuentra apoyos en la comunidad internacional. La Unión Europea ha excluido a estos territorios de sus acuerdos con Israel y el Presidente Barack Obama ha condenado la ocupación. Aunque el presidente palestino Mahmoud Abbas habría planteado en anteriores ocasiones que podría llegarse a un acuerdo en el que Israel se quede con los asentamientos y se les entregue otros territorios a los palestinos. El primer ministro israelí Netany Netanyahu, de su lado, enfrenta oposición en su partido Likud. Su coalición de derecha tiene un porcentaje importante de nacionalistas religiosos opuestos a las negociaciones. Hay otros puntos controvertidos y espinosos, y sin lugar a dudas, los intentos infructuosos del pasado han deteriorado la confianza entre las partes. Sin embargo, aunque los pronósticos no sean muy halagüenos, la actual inercia es peor. Palestina fue reconocida como miembro no observador en Naciones Unidas, pero dista mucho de ser un estado viable por las restricciones impuestas por el gobierno israelí que obstaculizan su desarrollo y su dispersa delimitación geográfica con dos territorios divididos: Franja de Gaza y Cisjordania. Este último con fronteras definidas arbitrariamente por Israel con un muro zigzagueante que separa poblados, permitiendo el paso a los palestinos solo a través de los puntos de control. Para los judíos la seguridad nacional siempre predominará en la toma de decisiones. El derecho inalienable de defender su Estado es un punto muy sensible debido a su historia. Además, el rápido crecimiento demográfico de la población palestina, con un 20 por ciento de árabes viviendo en Israel, amenaza con convertir el estado en binacional; y ante la frustración, radicalización y terrorismo de los palestinos (quienes siempre podrían ganar más adeptos) podría recrudecerse el círculo de violencia. Indudablemente, la situación actual no conviene a ninguna de las partes. Ojalá que los intereses de grupos poderosos, que quieren destruir al otro más que salvar a los suyos, no se impongan. (+) LAS CLAVES DEL CONFLITO Los puntos de mayor desacuerdo entre palestinos e israelíes son la definición de fronteras, el retorno de refugiados palestinos, la liberación de presos condenados por actos de terrorismo, los asentamientos en Cisjordania y el estatus final de Jerusalén del Este, considerada por los judíos como parte de su territorio y reclamada por los palestinos como la capital de su futuro estado.

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