A DISTANCIA

El inicio de un conflicto vía internet

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Adolfo ValenzuelaSanto Domingo

Debe conocerse la cultura estadounidense para entender el significado real de la expresión “derecho de autor”, más conocida como “copyright”. De acuerdo con Wikipedia, “el derecho de autor es un conjunto de normas jurídicas y principios que regulan los derechos morales y patrimoniales que la ley concede a los autores (los derechos de autor), por el solo hecho de la creación de una obra literaria, artística, científica o didáctica, esté publicada o inédita. Está reconocido como uno de los derechos humanos fundamentales en la Declaración Universal de los Derechos Humanos”. A propósito de toda la preocupación que ha causado el sometimiento judicial a los dirigentes de la empresa “Megaupload”, luego de que el FBI llevara a cabo una investigación por nueve países y por muchos años, cuya conclusión fue que los administradores fueron considerados como “una banda de criminales” acusados de conspiración, lavado de dinero y fraude”. Con una acusación así y con los sabuesos pisándote los pies, habría que esperar lo peor a corto y a largo plazo. En otras palabras, una obra no puede considerarse de dominio público hasta que las leyes mismas la consideren libre de los derechos patrimoniales. Sólo en ese momento puede utilizarse con libertad por todo el mundo. O a los 70 ó 90 años de la muerte del autor. En este caso, el tiempo era “antier” y los beneficios eran “ya”. Uno de los ejemplos más chocantes fue el lanzamiento en internet de la película no terminada de editar “X Men los orígenes: Lobezno”, protagonizada por Hugh Jackman, que meses antes de que saliera al público, estaba disponible para su copia, vía internet. Lo de Megaupload era un negocio tan lucrativo que , de acuerdo con el Departamento de Justucia estadounidense, ganaron unos 175 millones de dólares desde la fundación de la “compañía” e hicieron perder más de 500 millones de dólares a los propietarios de los derechos de autor. Pero no todo se queda ahí. Según la definición de sí mismos, “No somos piratas, sólo les ofrecemos los servicios navieros a los piratas”, según un correo electrónico de uno de los gerentes, Mathias Ortmann. Es decir, las redes de enlaces (“links”) de Megapuload era tan grande, que muchos de los responsables indirectos se pierden en el camino. Dentro de los servicios, no solamente ofrecían copiar películas recién lanzadas al mercado, sino también música y uno de los más reciente negocios que se van popularizando: las “nubes”, que en este caso ni son blancas con el fondo azul ni están en el cielo. Son lugares donde los clientes pueden guardar y tener acceso a sus archivos personales permanentemente. También el “streaming”, poder, por ejemplo, ver la película sin copiarla, por paga o sin paga. Por supuesto, Megaupload tiene sus defensores y entre éstos se encuentra “Anonymous”, que alberga a un grupo de “hackers” que ya atacaron la página del Departamento de Justicia de Estados Unidos y otra de música de la Sony. Y hasta presentaron sugerencias para que los usuarios propongan cuáles páginas pueden atacarse, como resultado del cierre de la popular Megaupload. Luego de que los dirigentes vayan a la cárcel, ¿habrá un poco de paz?, ¿cambiará la medida la costumbre de los usuarios? No parece que fuese así. Todo lo contrario. Cada contrincante defenderá su punto de vista, y los más jóvenes no aceptarán una derrota tan fácilmente. Hay que vencer al reto.

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