A DISTANCIA

Amadineyah y su gira por América Latina

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Adolfo ValenzuelaSanto Domingo

Irán se convirtió en una república islámica después de la victoria alcanzada por los religiosos, con el ayatollah Komeini a la cabeza, por el año 1979, contra el Sha o monarca Mohamed Reza Pahlevi. A partir de ese momento, la alianza estratégica y petrolera entre la nación oriental y Estados Unidos se fue a pique, con un gobierno controlado por los chiítas, enemigo de todo lo occidental. Ese odio lleva décadas y aún no logran establecer relaciones mínimamente respetuosas. Entre los vaivenes de la política en el país petrolero, y tras varios gobiernos conservadores, hubo un período en que los jóvenes tenían la esperanza de que habría cierto cambio de carácter político-social, durante el mandato de Mohamed Khatami. Vendido por los conservadores como reformista y prooccidental, dispuesto a democratizar la sociedad y reestablecer relaciones con países occidentales, fue ampliamente atacado por sus opositores. Posteriormente fue sucedido por el actual mandatario Mahmud Amadineyah quien, tras su juramentación el 24 de junio del 2005, emitió unas declaraciones sobre la destrucción del Estado israelí, aumentando la tensión en la región y con la Casa Blanca. Con Amadineyah, se aplastaron por completo los ideales demócratas en Irán. Además, aumentaron las presiones entre las naciones vecinas contra “el enemigo”. Uno de los principales objetivos del gobierno actual es conseguir el desarrollo de tecnología nuclear, ampliamente publicitado como un derecho de alcanzar energía nuclear para “fines pacíficos”, algo que puso en pie de alerta a Estados Unidos, Francia e Israel. Las relaciones fueron y siguen siendo tensas, sobretodo porque últimamente, y tras la llegada al poder en Venezuela del presidente Hugo Chávez, los lazos con América Latina se han intensificado. No sólo con Chávez, sino también con la Cuba de los hermanos Castro, el Ecuador de Rafael Correa y la Nicaragua de Daniel Ortega, los iraníes pretenden ampliar su influencia en la región, algo que no es visto con muy buenos ojos por las naciones no amigas. Brasil cambió, después de la victoria de la actual mandataria, Dilma Rousseff, la política que mantuvo el exmandatario Luiz Inácio Lula da Silva frente a Teherán, razón por la cual Brasilia no fue incluida dentro de la gira del mandatario iraní. Las últimos hechos en el estrecho de Ormuz, donde barcos de guerra iraníes “exigieron” a un portaaviones estadounidense que se retirara del lugar, espacio muy estratégico para las labores militares de Washington en la región, en especial su presencia en Afganistán y en su momento sus labores en Irak, de donde retiraron sus tropas recientemente. Pero el tema más espinoso es el programa nuclear iraní, que según la Agencia de Energía Atómica, ya tenían capacidad suficiente para producir uranio enriquecido, en una instalación subterránea en Fordo, a unos 160 kms. de Teherán. Ayer, la secretaria de la diplomacia estadounidense, Hillary Clinton, reiteró su postura de que Irán “ponga fin de inmediato el enriquecimiento de uranio y cumpla con sus obligaciones nucleares internacionales”, así como volver al diálogo con el grupo de seis potencias mundiales. Hasta dónde llegará el enfrentamiento que por ahora es verbal, nadie sabe... esa es la disyuntiva sobre un posible y próximo conflicto militar y sangriento en Oriente.

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