ARIZONA

Giffords y Tucson conmemoran 1er aniversario de ataque

Las campañas repicaron ayer domingo en Tucson para conmemorar el primer año exacto de la cruenta mañana en que un hombre armado lanzó un ataque fatal que sacudió a la comunidad y conmocionó a Estados Unidos. Ha sido un año de reflexión sobre las vidas destrozadas y de lucha con las evocaciones y las pesadillas, de repensar posibles cosas que se pudieran haber hecho diferente antes de la matanza. Y en medio de todo, una mujer, la legisladora federal Gabrielle Giffords, esforzándose por lograr una de las recuperaciones más penosas de todas. Un año después de que un hombre desquiciado le disparó a la representante federal en la cabeza y abrió fuego contra decenas de personas frente a una tienda de comestibles en Tucson, la legisladora y otros sobrevivientes se congregaron el domingo para reflexionar y seguir adelante. Muchos habitantes de la unida comunidad del sur de Arizona comenzaron la jornada conmemorativa del domingo repicando campañas a las 10:11 horas (1711 GMT), el momento exacto en que el atacante le disparó a Giffords y abrió fuego de manera metódica contra la línea de personas que esperaban hablar con la legisladora durante un encuentro formal el 8 de enero del 2011. Seis personas murieron, incluyendo una niña de nueve años que había nacido el 11 de septiembre del 2001, un juez federal y un miembro del personal de Giffords. Otras 13 personas resultaron lesionadas, incluida Giffords. Gail Gardiner, que tiene 70 años y vive a casi 1,6 kilómetros (una milla) de la tienda Safeway donde ocurrió el tiroteo, llegó el domingo al establecimiento comercial junto con unas 30 personas y en una reja cercana ató un globo con mariposas y con la leyenda "Pienso en ti". El enrejado está en las inmediaciones de un monumento que conmemora el incidente. "Este es mi patio trasero y aquí es donde quiero estar para mostrarle a la gente que recordamos esto", dijo Gardiner. "Ocurrió tan cerca de la casa, y las vidas de tantos inocentes fueron arrancadas y cambiadas para siempre". Los presentes hicieron sonar campanitas, se abrazaron y lloraron en el momento en que ocurrió el tiroteo. Muchos inclinaron la cabeza y oraron.

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