INGLATERRA

Las medidas de Cameron no convencen

Los miembros de las comunidades que sufren a diario la violencia de las pandillas británicas recibieron con escepticismo la promesa del primer ministro David Cameron de luchar contra esta lacra tras los violentos disturbios de la semana pasada en Inglaterra. Cameron declaró la “guerra total” a las pandillas, a las que responsabilizó por las cuatro noches de violentos saqueos y tildó de una “enfermedad criminal importante que ha infectado calles y barrios en todo el país”. También contrató al “superpolicía” estadounidense Bill Bratton para que le asesore en materia de lucha contra las pandillas y extendió el uso de órdenes judiciales para evitar que éstas lleven sus colores distintivos o se reúnan en ciertos lugares. “Los problemas sociales que nos han estado gangrenando durante décadas nos han estallado en la cara”, dijo el primer ministro. Pero para quienes viven y trabajan con este problema, el gobierno ha tardado demasiado tiempo en darse cuenta, y en este lapso las pandillas se han vuelto cada vez más violentas y sus miembros más jóvenes. Sheldon Thomas, un ex pandillero que ahora dirige un programa de tutorías para jóvenes con problemas en Londres, coincide con Cameron en que la sociedad británica está “rota”. “Gente como yo llevamos décadas diciéndolo”, afirmó. “La gente está enojada, está frustrada. No hay trabajo, no hay aspiraciones”, agregó. Sin embargo, acusa al primer ministro de actuar ahora sólo porque las imágenes de jóvenes saqueando y arrasando zonas relativamente acomodadas de Londres la semana pasada escandalizaron a la opinión pública. Según él, en los últimos 10 años se registraron hasta 800 asesinatos relacionados con las pandillas en el Reino Unido sin que los gobiernos hicieran nada.

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