ESPAÑA
“Indignados” cada día más decaídos
El desánimo y la división empezaron a cundir ayer martes entre los manifestantes que llevan casi diez días acampados en decenas de plazas del país exigiendo un sistema más justo. “Hemos pasado del sueño y de un momento de alucinación colectiva al desánimo”, dijo Francisco Miñarro, de 32 años, uno de los portavoces del movimiento reivindicativo en Madrid. “Ya no estamos haciendo protesta. Lo que hacemos es trabajar para llegar a algo concreto”. Tras las elecciones del fin de semana, el número de personas que se congregan cada tarde en la Puerta del Sol de Madrid, epicentro de las protestas, sigue descendiendo. Centenares de personas volvieron a reunirse el martes, muy lejos de las decenas de miles que lo hicieron los últimos días. “A pesar de que haya menos gente, creo que la indignación y la denuncia de la sociedad han quedado patentes”, afirmó Miñarro.