Barack Obama presenta su acta de nacimiento

El presidente Barack Obama presentó ayer miércoles su acta de nacimiento detallada, emitida por el estado de Hawai, con la esperanza de poner fin a las persistentes versiones de que no nació en Estados Unidos. En una respuesta lapidaria a quienes sostienen lo contrario, Obama dijo en una declaración televisada desde la Casa Blanca que “no tenemos tiempo para esta clase de tonterías”. Obama difundió la versión breve del documento en 2008 para de- mostrar que había nacido en Estados Unidos y por lo tanto cumplía con ese requisito constitucional para ser presidente, pero a los opositores que generaron el debate, conocido como “birthers” (algo así como nacimientistas), se les sumó recientemente el posible aspirante a la candidatura presidencial republicana Donald Trump. El conocido empresario reflotó esas versiones falsas y dijo que le interesaba investigar personalmente las circunstancias del nacimiento de Obama. El acta dada a conocer ayer dice que Obama, hijo de madre estadounidense y padre keniano, nació a las 19:24 del 4 de agosto de 1961 en la Maternidad y Hospital Ginecológico Kapiolani, dentro del límite urbano de Honolulú, la capital de Hawai. Aunque trató de presentarse como la voz de la razón, al dedicarle su atención Obama dio al asunto una resonancia mayor. Dijo a la prensa y a sus detractores de que es hora de pasar a asuntos más importantes. En alusión a las grandes decisiones económicas pendientes, Obama dijo confiar en que “el pueblo y los líderes políticos estadounidenses pueden confluir de manera bipartidista y resolver estos problemas. EMPRESARIO SUGIRIÓ QUE NACIÓ EN ÁFRICA Después de sugerir durante varias semanas que Barack Obama nació en África, Donald Trump se apresuró ayer a jactarse de que obligó al Presidente a divulgar un certificado detallado de nacimiento para desacreditar esa versión. Con esa actitud, Trump intentó convertir un aparente revés en una victoria cuando llegó al estado de Nueva Hampshire. El empresario de la construcción y anfitrión de un programa televisivo de realidad simulada, quien ha dado visos de aspiraciones presidenciales, puso una vez más en evidencia las dificultades que los republicanos tienen en el sistema político para controlar la primeras etapas de su amplia contienda por la candidatura de su partido para la Casa Blanca.