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DUELO OFICIAL

Fallece de un paro cardíaco Vicepresidente de Cuba

La Habana.- Juan Almeida Bosque, uno de los pocos "comandantes de la revolución" cubana que quedaban vivos y quien profesó una férrea lealtad hacia Fidel Castro fraguada al calor del campo de batalla, falleció el viernes debido a un paro cardiorespiratorio. Tenía 82 años. Medios de prensa cubanos informaron sobre el deceso y el Consejo de Estado decretó duelo nacional en todo el país con la bandera a media asta. "El nombre del Comandante de la Revolución Juan Almeida Bosque permanecerá por siempre en el corazón y la mente de sus compatriotas, como paradigma de firmeza revolucionaria, sólidas convicciones, valentía, patriotismo y compromiso con el pueblo", expresó un comunicado oficial. El comandante fue además un cercano colaborador y amigo personal de Fidel y Raúl Castro, este último actual presidente luego de reemplazar a su hermano. "Con profundo dolor, la Dirección del Partido y del Estado comunica a nuestro pueblo que el Comandante de la Revolución Juan Almeida Bosque, miembro del Buró Político y Vicepresidente del Consejo de Estado, falleció en esta capital a las 11: 30 de la noche de ayer 11 de septiembre, como consecuencia de un paro cardio-respiratorio", expresó la nota oficial. Atendiendo a la voluntad del dirigente, sus restos mortales no serán expuestos y se lo inhumará con honores militares "en fecha que se anunciará posteriormente", manifestó el comunicado. Paralelamente, el domingo desde las ocho de la mañana y por 12 horas será decretado el duelo oficial para ese día y se realizarán homenajes en su honor para que la población pueda darle su último adiós. Para este fin estarán disponible el Memorial José Martí de esta capital, la base del monumento a Antonio Maceo de Santiago así como otros lugares determinados en las capitales de todas las provincias, incluyendo la Isla de la Juventud, donde el dirigente guardó prisión tras su participación en el asalto al cuartel Moncada en 1953. La mayor de las obligaciones públicas oficiales de Almeida, como uno de los cinco vicepresidentes del Consejo de Estado, era la de recibir las cartas credenciales de los nuevos embajadores acreditados en La Habana, pero salvo en esas ocasiones realizaba escasas actividades donde se lo pudiera ver. Hubo un tiempo, sin embargo, en que Almeida, un albañil de raza negra que comenzó a trabajar a los 11 años, estuvo entre los más cercanos y determinantes colaboradores de la lucha guerrillera y en los primeros años del gobierno revolucionario. Tanto así que junto a Ramiro Valdés y Guillermo García, era de los pocos en ostentar la distinción de "comandante de la revolución", reservada sólo para quienes comenzaron con Castro en la década de los años cincuentas el combate rebelde, pero además permanecieron fieles al proceso isleño. Nacido en La Habana el 17 de febrero de 1927, se incorporó a la lucha rebelde al conocer en marzo de 1952 en la Universidad de La Habana a un alumno de la facultad de derecho y quien cambiaria su destino: Fidel Castro. Un año después, en julio de 1953, Almeida se integraría el centenar de jóvenes que encabezados por Castro asaltó el cuartel Moncada en Santiago de Cuba, al oriente de la isla, en una acción que fue el detonante para el inicio de la lucha contra la dictadura de Batista. Detenido, al igual que Castro y los sobrevivientes del fallido asalto, Almeida fue condenado a 10 años de prisión, sentencia que quedó sobreseída en mayo de 1955 por una amnistía a los jóvenes atacantes. Almeida, entonces, salió exiliado junto a Castro rumbo a México y desde donde solo regresó a bordo del yate "Granma". El bote sobrecargado con 82 pasajeros desembarcó en diciembre de 1956 en las costas cubanas para iniciar la lucha contra Batista, pero de inmediato fue descubierto por las tropas oficiales. La mayoría de los llamados "expedicionarios" del Granma murió o fueron capturados. Sólo 16 salvaron sus vidas, entre ellos los hermanos Fidel y Raúl Castro, Almeida y el legendario guerrillero argentino, Ernesto "Che" Guevara. Fue entonces cuando nació una de las consignas políticas cubanas más utilizadas: "Aquí nadie se rinde", frase gritada por Almeida al Che Guevara, quien yacía herido levemente en medio del intenso cerco tendido por las tropas oficiales a los expedicionarios del Granma. Ese expediente de Almeida le valió su ascenso en la comandancia rebelde y tener su propio frente de operaciones, el número tres, ubicado al oriente de la isla. Batista huyó de La Habana el 1 de enero de 1959 y los revolucionarios de Castro llegaron triunfantes al poder, entre ellos Almeida. De inmediato, se le encargaron misiones militares, desde jefe de unidades motorizadas, hasta su membresía en del estado mayor de las Fuerzas Armadas. También fue miembro del Comité Central del Partido Comunista de Cuba desde su creación en octubre de 1965. Para fines de la décadas de los años 80 y comienzos de los 90, Almeida era un respetable miembro del aparato, pero con escaso poder en la toma de decisiones. Los cubanos también recordarán a Almeida como un compositor de música criolla, que se deja escuchar en las emisoras estatales, y escritor de libros a partir de 1985, entre ellos narraciones sobre sus años en las montañas como guerrillero, su encarcelamiento y exilio en México.

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