CHILE
Condenan a cadena perpetua a ex jefes de la policía secreta
SANTIAGO DE CHILE.- La Justicia chilena condenó ayer lunes a los máximos jerarcas de la desaparecida policía secreta de la dictadura militar (1973-1990) por el asesinato en 1974 en Buenos Aires del ex comandante en jefe del ejército Carlos Prats y su esposa, Sofía Cuthbert. El otrora temido jefe de la llamada Dirección de Inteligencia Nacional (DINA), el ex general Manuel Contreras fue sancionado a cadena perpetua por liderar ambos homicidios, además de a 20 años de prisión por el delito de asociación ilícita. Además fueron condenados con penas múltiples de 15 a 20 años sus lugartenientes, los ex generales Pedro Espinoza y Raúl Iturriaga. Los oficiales (r) José Zara, Juan Morales Salgado y Christoph Willeke recibieron penas de 10 años y un día de cárcel. También fue condenada con 10 años la civil Mariana Callejas y el agente Reginaldo Valdés recibió dos penas de 541 días de cárcel. Angélica Prats, hija del matrimonio asesinado, valoró la resolución del juez Alejandro Solís, que debe ser ratificada por la Corte de Apelaciones. “Son 34 años de intentar conseguir verdad y justicia. Tuvimos tantas dificultades que parecía que no iba a llegar este minuto, sin embargo, la situación política del país permite que en este momento el ministro Solís haya podido firmar esta sentencia”. “Efectivamente (el dictador Augusto) Pinochet es el gran ausente” en el fallo, agregó Angélica Prats, en alusión a que Pinochet falleció en diciembre de 2006 luego de ser procesado. Por su parte, el ministro de Justicia, Carlos Maldonado, calificó de “valioso” el dictamen y rechazó la propuesta del presidente del Senado, el ex oficialista Adolfo Zaldívar, de poner fin a los juicios de derechos humanos. El asesinato de Prats y su esposa fue la primera operación internacional de la DINA, que también cometió atentados en Roma y Washington contra opositores al regimen militar. La operación comenzó el 28 de septiembre de 1974, cuando el estadounidense Michael Townley, agente de la DINA, ingresó al garaje del general Prats y colocó una bomba bajo la caja de velocidades del Fiat 125 que usaba el militar. Finalmente, el 30 de ese mes, al regresar Prats y su esposa a su casa en calle Malabia 3305, Townley detonó el explosivo por control remoto. Según el informe policial de la época, “los restos del automóvil se hallaban esparcidos en un radio de 50 metros”.
