Turismo
Bares clandestinos, flamenco y cine: la esencia cinematográfica de Madrid
Sabor a leyenda
- Cada calle de esta ciudad vibrante ha sido, al menos una vez, protagonista de una historia en la gran pantalla. Madrid a veces interpreta su propio papel; otras, se disfraza, pero siempre deja huella.

Madrid.
Caminar por la Gran Vía, con su arquitectura de cine clásico, evoca la imagen de Pedro Almodóvar levantando la vista con su libreta en mano, buscando, quizá, ese plano perfecto donde la ciudad interprete el drama, la comedia o la pasión de sus personajes.
Madrid es el gran plató del cine español. Según datos de Madrid Film Office, más de 7,000 rodajes en la última década la convierten en una capital cultural no solo en lo literario, sino también en lo audiovisual.

Cada calle de esta ciudad vibrante ha sido, al menos una vez, protagonista de una historia en la gran pantalla.
Pero Madrid no solo brilla en la superficie; también guarda secretos bajo tierra. En el sótano del hotel NH Collection Suecia, en el Barrio de las Letras, se esconde Hemingway Cocktail Bar, un rincón clandestino al que se accede a través de los baños del hotel con previa autorización, y que recuerda a los locales sin acceso de la época de la Ley Seca de los años 20.
Su estilo Art Decó, con sillones de terciopelo rojo y una barra que incorpora el retablo de una capilla francesa del siglo XVII, lo convierten en un espacio donde el tiempo parece haberse detenido. No es casualidad que Pedro Almodóvar lo eligiera como escenario en “Madres Paralelas”, donde los personajes de Penélope Cruz e Israel Elejalde celebran en este sofisticado ambiente.

En el Barrio de las Letras se esconde el Hemingway Cocktail Bar.

Escena de “Madres Paralelas”, donde los personajes de Penélope Cruz e Israel Elejalde celebran en este sofisticado ambiente.
A solo unas calles, el Tablao Flamenco 1911, antiguo Villa Rosa, destila historia y pasión. Allí, en 1991, Almodóvar inmortalizó una de las escenas más icónicas de “Tacones Lejanos”: Miguel Bosé, transformado en mujer, interpretó con la voz de Luz Casal “Un año de amor”, sellando al tablao como un ícono del cine español.

Tablao Flamenco 1911. Aquí se inmortalizó una de las escenas más icónicas de “Tacones Lejanos”.
Madrid clásico
En plena Gran Vía, el popular bar museo Chicote mezcla cine, coctelería y nostalgia.
Desde su apertura en 1931, fue un mágico refugio para estrellas como Ava Gardner, Grace Kelly o Hemingway, así como escenario de rodajes memorables.
Cruzar sus puertas giratorias es entrar en una cápsula del tiempo. En “Los Abrazos Rotos” (2009), Almodóvar lo convirtió en el escenario de una escena clave, donde el glamur eterno del bar refleja el espíritu nocturno de una ciudad que nunca duerme.

En plena Gran Vía, el bar Museo Chicote mezcla cine, coctelería y nostalgia.
El Barrio Malasaña también es un lienzo versátil. En “Mujeres al Borde de un Ataque de Nervios” (1988), el Edificio Torres Blancas se convierte en refugio de emociones, mientras que en “Hable con Ella” (2002), el Hospital Clínico San Carlos aporta una atmósfera melancólica.
El director Álex de la Iglesia también han hecho de Madrid su escenario de caos y sátira. En “El Día de la Bestia” (1995), la Puerta del Sol se convierte en epicentro del apocalipsis.
Alejandro Amenábar creó una emblemática toma de la Gran Vía desierta al amanecer, en “Abre los Ojos” (1997), una imagen difícil de olvidar para cualquier turista o madrileño.
