Testimonio

Sara Rossi de nuevo enfrenta los embates de un tumor en la cabeza y necesita de tu ayuda

“Guarden todo lo de cristal”, “lo voy a hacer hoy” son sólo dos de las advertencias que, oportunamente, ha hecho la chica para evitar hacerse daño cuando la invade la depresión que la enfermedad le provoca. Fue operada de un tumor cerebral, que ahora reaparece. Necesita ayuda y para ello tiene las cuentas 730752250 del Popular; 09629920045, del BHD y 9603209892, del Banreservas, a nombre de su madre, Yafreisy Hernández.

Sara Rossi

Sara RossiFuente Externa

La protagonista de la historia de hoy se llama Sara Rossi Hernández. Tiene tan sólo 20 años, edad que se queda corta si se compara con todo lo que ella ha tenido que lidiar en estas dos décadas. Su salud le jugó una mala pasada, justamente terminando su adolescencia e iniciando su primera juventud.

Fue a los 17 años que una convulsión sin tener fiebre ni dolor de cabeza, alertó a los médicos de que algo no andaba bien. Llevarla a Cuidados Intensivos era lo propio para verificar su estado y estudiar a fondo este episodio que se presentó con varias aristas. Un trastorno psiquiátrico-neurológico fue el primer diagnóstico.

Su organismo seguía dando señales de que se trataba de algo más complejo. Según estudios, se mezclaba la epilepsia, la depresión y la psiquis. Esta última la llevaba a tener pensamientos suicidas. Su estado de ánimo “hablaba” de otra cosa y, el aumento excesivo de peso fue la punta de lanza para dar con la gravedad del asunto.

“Sara fue referida a una endocrino para verificar por qué había subido tantas libras. Tenía el doble de peso, 90 y algo había aumentado. Era algo impresionante que, sin duda, le reforzaba su depresión”. La cita es de su madre Yafreisy Hernández, quien visitó LISTÍN DIARIO para contar la historia de su hija y apelar a la buena voluntad de la población.

Descubrimiento del tumor

Fue gracias a una prueba que le mandó a realizar la endocrinóloga que se descubrió que todo lo que Sara presentada tenía un responsable: un Astrocitoma Grado II (tumor cerebral)

Hacer los aprestos para operarla era lo que seguía. “Le extirparon un 70 por ciento del tumor maligno, y duró un año y medio de tratamiento de radio y quimio”. Nunca se amilanó porque es una chica fuerte y sabía que todo esto prometía acabar con los pensamientos suicidas que la invadían.

Su madre, quien al parecer le heredó esa fortaleza a su hija, no ha desmayado en su afán por ver bien a su querida Sara. Se ha entregado en cuerpo y alma a apoyarla en todo y, más que eso, a entenderla y comprender su accionar. “Te puedo decir que ella ha estado tan consciente de su condición que, cuando han llegado esos pensamientos, es capaz de avisar: ‘Guarden todo lo de cristal’, ‘lo voy a hacer hoy’… Con tranquilidad atiendo su advertencia y todos nos mantenemos atentos para evitar que se haga daño. No nos alarmamos ni la alarmamos, sólo hacemos lo que nos corresponde”. Tal madurez muestra que la experiencia ha dejado muchas enseñanzas.

Es tal el caso que, al recibir el pasado mes de septiembre la noticia de que el tumor ha vuelto, tanto Yafreisy como Sara, sólo han atinado a buscar la ayuda que necesitan para seguir esta lucha. La propia protagonista de esta historia ha creado un GoFundMe.

Lo ha hecho con este mensaje

“Gracias al apoyo de muchas personas, hace un año (7 de mayo 2024), pude dar un paso vital: me operaron de un Astrocitoma Grado II (tumor cerebral). Esa ayuda permitió que me realizaran la cirugía, radioterapia y quimioterapia oral. Siempre estaré profundamente agradecida porque me regalaron más tiempo, esperanza y fuerza para seguir soñando”.

Continúa: “Hoy necesito ser honesta: Las evaluaciones médicas mostraron que el tumor se encuentra en estado de progresión. Esto significa que, a pesar de todos los tratamientos recibidos, la enfermedad sigue activa y necesito dar un nuevo paso más agresivo y especializado. Además, el tumor me causa convulsiones, edema y efectos secundarios que hacen mi día a día más desafiante”.

“Por eso estoy luchando: por mi salud, por mi vida y por mi futuro. Cada donación, cada mensaje y cada vez que compartes mi historia hace la diferencia. Gracias por creer en mí y por ser parte de esta batalla”. De esta forma, muestra su gratitud a quienes se sensibilicen ante su caso.

“Yo no soy sólo mi diagnóstico, soy una joven que ama aprender y estudiar”

En el GoFundMe que ha creado, Sara Rossi detalla lo que es vivir con su condición de salud. “Este proceso implica también un peso físico, psicológico y psiquiátrico que hace que cada día sea un desafío, pero sigo adelante con esperanza y determinación”. Su fortaleza es sorprendente, no sólo porque ha atravesado y aún enfrenta esta dura prueba, sino porque lo hace con una valentía pocas veces vista en una persona de su edad.

Es una chica honesta y explica para qué necesita de tu ayuda. “Los fondos que estoy recaudando se destinarán a: Medicamentos y tratamientos especializados. Estudios, análisis y resonancias de seguimiento, consultas médicas con especialistas, así como para el control de los efectos secundarios propios de la quimioterapia y el cáncer”. Ella tiene seguro médico, pero como es de saberse, hay muchas cosas que no son cubiertas por éste.

En la página donde ofrece todos los detalles de su condición y explica para qué necesita la ayuda, la dueña de este relato no pasa por alto decir: “Pero quiero que sepan que yo no soy sólo mi diagnóstico. Soy una joven que ama aprender, estudiar, cocinar, que le encanta la tecnología creativa y el diseño UX/UI. Me apasiona mezclar lo creativo con lo digital, explorar nuevas ideas y compartir con las personas. Sueño con construir mi vida independiente, trabajar como desarrolladora y usar mis talentos para ayudar a otros”. Su madre Yafreisy Hernández refuerza esta cita: “Sara es demasiado”.

Con todo y lo que ha tenido que batallar, la valiente joven se mantiene activa. “Ella ha trabajado remoto en compañías internacionales y ha tenido entrevistas para empleos presenciales, pero de verdad, esta opción no le conviene porque su estado de salud no se lo permite. La realidad es que Sara se mantiene activa”. Los ojos de esta madre muestran el orgullo que siente por su hija, quien a pesar de su enfermedad, no da su brazo a torcer.

Lo que sigue ahora

En este momento, el tumor en el cerebro de Sara se encuentra en progresión. “Esto ha complicado un poco las cosas porque no puede ser operada. Lo que sigue ahora es quimioterapia a través de un puerto colocado en su pecho”. Todo esto conlleva un gran gasto que no puede asumir la familia porque no dispone de esos recursos. Precisamente, por esta razón es que la madre de Sara visitó este medio. Orlando Jerez, confiado en la solidaridad de la población, le hizo la recomendación. La familia está en la etapa de conseguir el dinero que amerita todo este proceso para que Sara pueda, de una vez por todas, vencer a ese monstruo despiadado que ha hecho estragos en su vida.

Tanto la madre como la hija están confiadas en que todo estará bien. ¿Qué rol tiene la fe en todo este proceso? Fue una pregunta que se le hizo a Yafreisy para entender el porqué de esta confianza y esta fortaleza tan admirable que ambas tienen. Su respuesta fue corta, pero contundente. “La fe es la que nos mantiene de pie”. Ahora todo tiene sentido.

Apoyo familiar

Sara es la segunda y única hembra de los tres hijos que tiene Yafreisy. Su hermano menor es quien se encarga de cuidarla cuando la madre no está. “Él siempre está pendiente de ella, la protege y la atiende. Mi hijo mayor es quien me ayuda con los gastos. Se encarga de cubrir las terapias psiquiátricas que son bien costosas. Realmente, no es fácil”. El padre no vive con ellos.

Tanto por parte del papá como de la madre, las familias son bien cortas y eso no ha permitido tener un gran respaldo, ni económico ni de apoyo en todo el sentido de la palabra. “Sólo tengo una hermana, con la que he contado en todo lo que le ha sido posible. También mis tías han estado ahí para ayudarme, pero somos pocos”. No deja de mencionar que también cuenta con el respaldo de la entidad gubernamental en la que trabaja, donde además, son muy flexibles con ella.

La infancia de Sara

La dueña de la historia de hoy vivió una niñez feliz. A veces se sentía desanimada, pero nunca se advirtió que había un ‘inquilino’ extraño que comenzaba a hacer vida en su cerebro. “En el colegio me decían que era inquieta”. Tenía alucinaciones, pero todo se normalizaba atribuyéndole la responsabilidad a que era una niña.

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