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La lepra: Una enfermedad que aún mantiene el peso del estigma
‘Un mundo sin lepra: cero transmisión, cero discapacidad, cero discriminación’ es la visión de la Estrategia Mundial contra la Lepra 2021-2030 de la Organización Mundial de la Salud.
Antes de que se tuviese conocimiento de qué era realmente la lepra y cómo podía tratarse, los pacientes con esta enfermedad eran apartados de la sociedad, se crearon espacios en donde eran recluidos, denominados leprocomios y cargaban consigo el peso del estigma.
La lepra es una bacteria que se contagia de una persona a otra a través del contacto íntimo y prolongado y, aunque su transmisión es muy baja, las consecuencias, si no se trata a tiempo, son desgarradoras. En ocasiones su aparición puede confundirse con una simple mancha.
“Es una enfermedad que deforma a las personas… daña los nervios, y al éstos dañarse, el paciente no siente: se quema, se corta, se maltrata los dedos de las manos, los dedos de los pies, los ojos... Nosotros lo tratamos con un antibiótico, el cual mata el microbio, pero el daño que tú tengas en tu mano se queda para toda la vida”, explica el dermatólogo y jefe del Programa Nacional de Control de la Lepra, Juan Periche Fernández.
Juan Periche Fernández, jefe del Programa Nacional de Control de la Lepra
República Dominicana no está exenta de esta realidad. En 1963 se creó el Patronato de Lucha Contra la Lepra, tres años después, en 1966 y por disposición del Ministerio de Salud Pública, el Instituto Dominicano y Cirugía de piel ‘Dr. Huberto Bogaert Díaz’ es el que ejecuta las actividades para encontrar y tratar a los pacientes con lepra en el ámbito nacional.
Luisa González, vicepresidenta del Patronato de la Lucha Contra la Lepra; Juan Periche Fernández, jefe del Programa Nacional de Control de la Lepra y Emma Guzmán, presidenta del Patronato de la Lucha Contra la Lepra.
En cifras
Desde 1966 hasta junio del 2025 el país ha reportado 14,623 casos de lepra, de estos unos 13,557 han sido dados de alta, 859 están en observación y otros 188 están bajo tratamiento. De enero a agosto de este año se reportaron 45 casos, dos de ellos son infantes. El seguimiento y tratamiento para esta enfermedad es gratuito.
No obstante, Periche Fernández dice que combatir esta enfermedad no es fácil: “Es complicado porque es una bacteria que hace resistencia, el microbio aprende a defenderse del antibiótico, por eso le damos tres para asegurar de que si es resistente a uno, no va a ser resistente a los tres. Uno de los tres o dos de los tres lo van a matar”.
Cuando el microbio entra en el cuerpo humano los síntomas no se manifiestan de una vez, de hecho tardan entre cinco y 20 años en aparecer. El dermatólogo indica que esta enfermedad tiene dos características: se reproduce de espacio y engaña al sistema inmune.
“El microbio se reproduce despacio y el sistema inmune no lo detecta. Dentro de cinco, 10, 20 años tienes tantos en tu cuerpo que ya tu sistema inmune lo detecta y entonces empiezan a aparecer los síntomas… Es una enfermedad muy especial porque no te mata y eso parecería bueno, pero te destruye toda tu vida. Entonces eso hace que haya estigma, que tengas como una especie de maldición”, asevera Periche Fernández.
El tiempo del tratamiento
De acuerdo con el experto, éste depende de la cantidad de bacilo que aparezca en la prueba de bacteriología. Pueden ser seis meses, un año, dos… Por ello, periódicamente el paciente vuelve a ser evaluado, se le repite la bacteriología y, cuando ésta es negativa, indicando que ya no hay bacteria de la enfermedad, entonces se finaliza el tratamiento.
Juan Periche Fernández, jefe del Programa Nacional de Lucha Contra la Lepra
“Aun así lo seguimos observando por varios años para estar seguros. Lo que pasa es que son tantas (bacterias) que yo puedo coger un pedacito aquí y no ver ninguna, pero puede ser que él tenga en otro lugar del cuerpo. Entonces, lo observamos, lo volvemos a examinar por un tiempo y luego lo damos de alta”, explica Periche Fernández.
Debido a las intensas labores que se realizan para contrarrestar esta enfermedad, las imágenes desgarradoras de pacientes desfigurados hoy quedaron en el pasado, pues la tarea continúa siendo identificar esos casos a tiempo.
“Las imágenes que se veían desde cuando la Biblia, desde cuando Jesucristo. Ya esas imágenes actualmente no se ven porque se detectan a tiempo. Que eso es lo que uno quiere”, sostiene Emma Guzmán, presidenta del Patronato de la Lucha Contra la Lepra.
Emma Guzmán, presidenta del Patronado de Lucha Contra la Lepra
Hoy, el programa de lepra busca, no sólo la detección temprana, sino rescatar al paciente para poder garantizar una vida digna y humana. Asimismo, persigue que éste pueda ser reinsertado a su familia, a los núcleos laborales y culturales para que tenga una vida normal.
“Estamos muy imbuidos, tanto la presidenta como todo el consejo directivo del Patronato y del instituto, en la eliminación del estigma y la discriminación contra la lepra”, destaca Guzmán.
Pobreza y hacinamiento
Según Luisa González, vicepresidenta del Patronato de la Lucha Contra la Lepra, esta condición está muy vinculada a niveles de pobreza y hacinamiento. Agrega que en Filipinas y Hawái, es donde hay mayor prevalencia, inclusive a nivel global, de un 8%, mientras que las Américas de un 4.77%.
Luisa González, vicepresidenta del Patronato de la Lucha Contra la Lepra
“En Hawái, en 1865, se promulgó una ley de que todos los pacientes que tuvieran una persona que padecía de lepra fueran llevados a una isla. En ese momento fueron llevadas 8,600 personas y de esas fallecieron 1,333”, afirma González.
El patronato ha tomado el mes de septiembre para concientizar a las personas sobre esta enfermedad, pero las labores no cesan durante el año. Poseen auxiliares en todo el país que les ayudan a identificar y garantizar el tratamiento de los pacientes donde quiera que se encuentren.
La Organización Mundial de la Salud busca un mundo sin lepra para el 2030. Durante la entrevista con periodistas del Listín Diario los profesionales acotaron que cada año los casos tienden a bajar; sin embargo, no ignoran que la migración es un factor que interviene en alcanzar este objetivo, ya que países como Haití no cuentan con un programa efectivo para combatir esta enfermedad.

