¿Quién educa al pueblo?
“En el Día del Maestro”
Este día fue establecido en nuestro país, en honor al natalicio del profesor Juan Bosch Gavino, quien fuera uno de los escritores más conocidos de su época.

María Teresa R. Elmúdesi
El 30 de junio se celebra en nuestro país y en algún otro país Latinoamericano, el Día del Maestro. La palabra maestro para mí significa algo verdaderamente extraordinario. Es la profesión más digna por la que deberíamos todos optar.
El maestro es mucho más que el profesor. Profesor es el que simplemente enseña las diferentes asignaturas, algunas veces hasta desde su punto de vista que no siempre es el correcto.
Este día fue establecido en nuestro país, en honor al natalicio del profesor Juan Bosch Gavino, quien fuera uno de los escritores más conocidos de su época.
Esa fecha fue oficializada mediante la Resolución No.6-39 de fecha 6 de junio de 1939, siendo secretario de Estado de Justicia y Educación Pública y Bellas Artes el Licenciado Virgilio Díaz. En este día se rinde homenaje a los maestros por la importante labor y el esfuerzo que a diario realizan, dando lo mejor de sí en las aulas de escuelas y centros de estudios, formando a los hombres y mujeres que se preparan para servir en nuestro país.
Además, la Presidencia de la República otorga distinciones especiales a un grupo seleccionado de maestros destacados en el ámbito nacional. En esta fecha también se cierra el año escolar en la mayoría de los planteles educativos del país.
En este contexto resulta oportuna la reflexión expresada por el Papa Pío XI en su Encíclica sobre la Educación Cristiana de la Juventud al afirmar: “Las buenas escuelas son fruto, no tanto de las buenas ordenaciones, sino de los buenos maestros”.
En esta nueva época de tantas tecnologías, el rol del maestro exige no sólo vocación y entrega, sino también formación continua para adaptarse a las exigencias de una sociedad cada vez más digitalizada. Herramientas tecnológicas, metodologías activas, enseñanza personalizada y evaluación por competencias, son algunos desafíos que enfrenta el grupo docente.
Sin embargo, me gusta enfocarme en el caso de ver a Jesús, el Hijo de Dios Vivo, escoger esa vocación del magisterio para vivir la Historia de la Salvación de su pueblo. Amén.
Él era el maestro por excelencia y todos se dirigían a él así. Siempre me llama la atención, las palabras de Jesús, cuando los fariseos y los publicanos (gentiles) y pecadores entrenados de que comía con ellos lo criticaban y el mismo Jesús les responde: “No tienen necesidad de médicos los sanos, sino los enfermos. Aprendan lo que significa “Misericordia quiero y no Sacrificios”, que no he venido a llamar a los justos sino a los pecadores.
El maestro cristiano es aquel que ayuda a los alumnos a conocer la verdad, esa verdad que es la que nos hace libres. No hace diferencias entre los alumnos y los trata a todos por igual, de la misma manera, y les ayuda a ser mejores cada día, con él y con los demás. Amén.
