¡Don Quijote y Sancho Panza esperan en la puerta!
Un recorrido por el Museo Casa Natal de Cervantes
Un hogar con alma literaria
- Cada rincón parece susurrar fragmentos de su obra, cada mueble guarda un secreto, y cada objeto recuerda que aquí, en esta modesta casa de ladrillo y teja, nació un genio.

Como si cuidaran la entrada al mundo de la ficción más trascendente del idioma, las esculturas de Don Quijote y Sancho Panza reciben a los visitantes
En el corazón de la Calle Mayor de Alcalá de Henares, en España, donde la historia murmura en cada adoquín y las cigüeñas vigilan desde los tejados, hay una puerta que se abre a un universo literario. Uno muy particular, el del ingenioso hidalgo Don Quijote de la Mancha. Allí, justo en el número 48, comienza un viaje al Siglo de Oro, a la infancia de Miguel de Cervantes y a la esencia misma de la lengua española.
Afuera, como si cuidaran la entrada al mundo de la ficción más trascendente del idioma, las esculturas de Don Quijote y Sancho Panza reciben a los visitantes. Sentados en un banco, con gestos amigables y rostros serenos, como quienes invitan a compartir la magia de la imaginación.

En la planta baja, la cocina y el comedor familiar reflejan las costumbres y los utensilios de entonces.

Los aromas del pasado parecen aún flotar entre las paredes y las vigas de madera.

La casa recibe miles de visitantes al año, alberga exposiciones temporales, actividades infantiles y lecturas continuas de El Quijote.

Manuscritos, primeras ediciones, traducciones tempranas y retratos de época completan la atmósfera de un museo que respira historia sin dejar de ser cercano, íntimo y profundamente humano.

Patio interior.
Una mirada al interior
El Museo Casa Natal de Cervantes está ubicado en una antigua vivienda del siglo XVI. Es un espacio donde la sensibilidad se activa en cada habitación, donde los aromas del pasado parecen aún flotar entre las paredes y las vigas de madera. En esta casa nació Miguel de Cervantes en 1547 y en ella se recrea, con meticuloso cuidado, el ambiente doméstico de una familia acomodada de la época.
El recorrido es una experiencia envolvente. En la planta baja, la cocina y el comedor familiar reflejan las costumbres y los utensilios de entonces; en el piso superior, una especie de oficina, las habitaciones y la sala de estudio permiten imaginar al niño que algún día escribiría la obra más importante de la literatura en español
Lo maravilloso de este lugar es que no sólo honra al escritor, sino al poder transformador de la palabra. Manuscritos, primeras ediciones, traducciones tempranas y retratos de época completan la atmósfera de un museo que respira historia sin dejar de ser cercano, íntimo y profundamente humano.
La casa recibe miles de visitantes al año, alberga exposiciones temporales, actividades infantiles y lecturas continuas de El Quijote. Además, el museo conserva una de las mayores colecciones del Quijote en diferentes idiomas.
Un paseo que se extiende por la ciudad
Al salir, no se abandona a Cervantes. Todo Alcalá parece haber sido escrito por él. La Calle Mayor, con sus soportes y vida palpitante, guía al visitante de regreso a la Plaza de Cervantes, y más allá, al Paraninfo de la Universidad, donde cada año se entrega el Premio Cervantes, como si los ecos de esta casa siguieran bendiciendo a quienes escriben en su lengua.