fábulas en alta voz
Ligeros de carga

Marta Quéliz, editora L2
Nunca es tarde para aprender y apostar por una mejor salud mental. Hace unos días, invitada por Luisa Feliz y Rommy Grullón, asistí a una charla muy interesante sobre el manejo de estrés y ansiedad.
A pesar de las tantas actividades de esta índole en las que he participado, fue en ésta donde de manera “gráfica”, puedo decir que entendí que, a veces llenamos más nuestro vaso con problemas ajenos que con los propios. No es lo mismo “dar una mano a alguien” que adueñarnos de sus situaciones. Lo entendí perfecto.
Cuando los identificas
Es importante que aprendamos a diferenciar qué es nuestro y qué no. Yo “revisé” mi vaso y noté que está repleto de asuntos externos que, aunque me atañen, tienen un dueño, que es quien debe cargar el contenido de su vasija.
Tratar de vaciar el nuestro no significa que estamos dejando de ser solidarios, sino que, estamos tomando consciencia de lo sano que es llevar una carga más ligera, con la que podamos lidiar de forma más fácil y, al mismo tiempo, tener mayor bienestar. Esto sin duda, puede ayudarnos a lograr una buena salud mental.
Un viaje liviano
Así, sin mucho peso, me fui a una ciudad fabulosa donde cada quien es dueño de sus actos y de sus consecuencias. Desde la niñez, los habitantes aprenden a servir a los demás, pero con mesura, dejando que cada quien asuma sus responsabilidades. Extender una mano no conlleva dejarse que se la “arranquen”.
El altruismo es la carta de presentación de este lugar, pero nadie se adueña de los problemas ajenos. Allí, ayudar no es sinónimo de cargar. Todos tienen en su vaso lo que pueden sostener. Jamás permiten que se les rebose y mucho menos con un contenido que no les pertenece.
Por esa razón, son escasas las personas que padecen de algún trastorno de salud mental. Además de que, también es costumbre que la gente apueste a estar bien. De eso se encarga cada quien y, por supuesto, las autoridades.
Cuando toca, toca
Ahora bien, en la realidad, hay momentos en los que realmente, sí debemos cargar con un peso que no es nuestro de forma directa, pero aun así, antes de echárnoslo encima, debemos prepararnos bien para estar en las condiciones necesarias que nos permitan sobrellevarlo sin afectar nuestro bienestar.
Si tenemos que acudir a la ayuda de un profesional de la salud mental, debemos hacerlo. Éste sí puede dirigirnos para que podamos mantener el vaso hasta donde nuestro organismo lo permita sin evadir esas responsabilidades que nos toca enfrentar.
Debemos tener bien claro que, para poder hacernos cargo de lo nuestro y de lo de otro, siempre tenemos que pensar en: ¿Qué capacidad mental tengo para ocuparme de lo mío y de lo del otro? Pues a veces terminamos también nosotros, siendo una carga para otros. Tratemos de ser solidarios y empáticos, pero sin que ello afecte, nuestro bienestar. Andemos ligeros de carga.