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¿Qué piensa un cirujano de la Resurrección?

Carmenchu Brusíloff
El doctor José J. Norberto, un galardonado cirujano cardiotorácico, de nacionalidad dominicana y quien ejerce en Estados Unidos, publicó un libro que, para muchos, puede ser conmocionante. Recién llegó a mis manos, pero dejé para Semana Santa su lectura.
Se trata de “Muerte Física y Resurrección. Visión de un cirujano”. El libro llevó a la doctora Margaret S. Sawyer a afirmar que el doctor Norberto “ofrece a sus lectores evidencia histórica y científica para apoyar la Resurrección”.
A su vez, G, B. Snider, MD., FACP, afirma que “las observaciones del doctor Norberto provocan a reflexión”. Carmen Lazala, MD, FAAP, comenta que el doctor “ilustra con simples palabras que la ciencia y la religión no se contradicen. Es capaz de crear un puente seguro entre las interpretaciones religiosas y científicas en torno a la crucifixión de Jesús”.
¿Quién mató al General Rodríguez Reyes?
La historia de la matanza de Palma Sola, de quienes seguían el culto de Liborio, es desconocida para las generaciones de hoy. Sin embargo, figuras históricas que prevalecen como ejemplo de patriotismo, han sido involucradas en este hecho.
Roberto Cassá, en su libro “Con la palabra de Dios”, intenta sacar a flote las verdades de unos y otros. Las declaraciones de testigos y de quienes escucharon relatos dados por testigos, no resuelven las dudas sobre quién mató al General Rodríguez Reyes.
El militar había ido en plan pacífico a hablar con los líderes del movimiento de tipo religioso de origen campesino, que el Consejo de Estado quería disolver. ¿Qué pasó en diciembre de 1962? ¿Se provocó ese acercamiento del general Rodríguez Reyes a los liboristas para asesinarlo? ¿Por qué ocurrió una matanza que no estaba ordenada ni prevista?
El Archivo General de la Nación publicó esta segunda edición cuyo tema es el movimiento religioso fundado por Olivorio Mateo en 1908. Roberto Cassá obliga a pensar.
Tras el dolor viene la investigación
La tragedia que repercutió en todos los segmentos sociales de la población con el derrumbe del techo de la discoteca Jet Set no será jamás olvidada. Fueron demasiados los muertos. Demasiados los heridos, algunos con secuelas de por vida.
Y otros que salían, mientras oían los gritos de quienes, bajo los escombros, veían cómo la muerte se les acercaba. Terminadas las tareas de rescate tanto de vivos como de fallecidos, toca a las entidades correspondientes buscar los por qué de la catástrofe y establecer responsabilidades, para que en el país jamás ocurra de nuevo un hecho similar.
Y cuando lleguen quejas del deterioro de algún edificio, gubernamental o privado, hacer caso a la denuncia y enviar a profesionales responsables a examinarlo.