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Formar para transformar: un modelo educativo para forjar líderes y agentes de cambio
La formación de profesionales y ciudadanos integrales, la generación y gestión de conocimiento de impacto, y la incidencia positiva en la sociedad requieren compromiso por parte de las universidades

La educación superior se orienta hoy hacia un modelo más flexible, personalizado e interdisciplinario, impulsado por la tecnología, la sostenibilidad y la internacionalización.
El siglo XXI se ha caracterizado por ser convulso. Nuestras sociedades enfrentan grandes desafíos sociales y ambientales que exigen cambios profundos.
En este contexto, las instituciones de educación superior tienen la gran responsabilidad de asumir un rol protagónico, impulsando e incluso liderando la transición hacia el desarrollo sostenible.
En el prólogo del informe Acciones basadas en el conocimiento: Transformar la educación superior para la sostenibilidad global, publicado por la Unesco en 2023, Stefania Giannini, subdirectora general de Educación, destacó esta función: “Para que nuestro mundo tome un rumbo más sostenible es necesario cambiar de forma radical los actuales paradigmas de desarrollo que agravan las desigualdades y ponen en peligro nuestro futuro común. Esta transición depende de nuevos conocimientos, investigaciones y competencias que solo las instituciones de educación superior pueden proporcionar”.
La formación de profesionales y ciudadanos integrales, la generación y gestión de conocimiento de impacto, y la incidencia positiva en la sociedad requieren compromiso por parte de las universidades.
“Hoy día debemos preparar a los estudiantes no solo con conocimientos técnicos, sino también con habilidades transversales como el pensamiento crítico, la creatividad, la inteligencia emocional y la adaptabilidad a un mundo en constante cambio”, explica la doctora Teresa Guzmán, directora del Decanato de Innovación Educativa y Desarrollo Docente de la Universidad Iberoamericana, Unibe.
Guzmán señala que fenómenos como la transformación digital, la creciente demanda de competencias blandas en el mercado laboral, el impacto de la pandemia y las exigencias de una educación más inclusiva, sostenible y global obligan a replantear cómo enseñamos y formamos a los futuros profesionales.
La educación superior se orienta hoy hacia un modelo más flexible, personalizado e interdisciplinario, impulsado por la tecnología, la sostenibilidad y la internacionalización.
“Las tendencias globales destacan la necesidad de integrar el aprendizaje basado en retos, el aprendizaje colaborativo y la formación experiencial, lo cual Unibe ya está abordando en su modelo educativo, MEU-Plus”.
Teresa Guzmán, doctora en educación con especialización en inclusión educativa, gestión de centros e innovación educativa, expresa que en esta casa de altos estudios la educación se concibe como una fuerza transformadora capaz de impactar profundamente en la sociedad.
El Modelo Educativo Unibe Plus (MEU-Plus) es la materialización de esta visión, integrando excelencia, innovación y un compromiso activo con el desarrollo de líderes que generen cambios en contextos locales y globales.
Este modelo se basa en principios pedagógicos como el aprendizaje significativo, la autogestión, el trabajo colaborativo y el aprendizaje transformador. Además, se fundamenta en cuatro ejes transversales que vertebran toda la formación académica y extracurricular:
• Liderazgo, para desarrollar la capacidad de inspirar, influir y tomar decisiones con visión ética y compromiso colectivo.
• Creatividad e Innovación, para fomentar la generación de ideas y la resolución de problemas con enfoques disruptivos y pensamiento crítico.
• Perspectiva Global, para impulsar una mentalidad internacional mediante el intercambio de conocimientos y experiencias diversas.
• Conciencia Ciudadana, para formar profesionales comprometidos con la justicia social, los derechos humanos y la sostenibilidad.
Estos ejes aseguran que el aprendizaje no se limite a lo técnico o disciplinar, sino que promueva una formación integral orientada al impacto social y a las necesidades del entorno profesional.
Alinear los modelos educativos con los desafíos contemporáneos es potenciar el poder transformador de las universidades. Es caminar con pasos más firmes hacia el progreso; es apostar por el desarrollo sostenible y por un mundo más justo y equitativo para todos y todas.