Almorzando en Santo Domingo Ragú de cordero, ¡a 12 horas!

Es una mañana de diligencias en la cual me acompaña mi nieta Mariale Ramos Rojas. Tengo lasagna en casa para almorzar, pero “¿No sería mejor comer fuera? Te invito”, dice. Ni lo dudo.

 “¿Adónde vamos?” Echa un vistazo a las webs en su celular y decide ir al O.livia, en la avenida Lope de Vega. Llegamos a las 12:00 del mediodía. Sí, está abierto y somos los primeros. 

Busco la mesa donde menos aire acondicionado alcance y antes de ver la carta, Mariale ya ha elegido un vino de la casa: tinto Carmelo Rodero. “A la salud de ustedes”, dice la joven al traernos las copas.

¿“Churros de entrada”? 

Acostumbrada a los churros con azúcar se me hace cuesta arriba pensar que hay salados. Por curiosidad ordenamos un servicio para las dos: Churros de manchego. Son churros con fondue de manchego trufado. “Yo nunca he escuchado eso”, dice Mariale. 

Los churros que traen son los tradicionales. Lo novedoso es la salsa de queso acompañante. ¡Buenísimos! 

De plato principal me decanto por uno que con cordero trae la carta dentro del grupo de pastas y arroces: Ragú de cordero a 12 horas, pasta mezze maniche/pecorino romano. (Lo de 12 horas es el tiempo en que se cocina a fuego lento la carne para irla haciendo cada vez más jugosa). 

Es obvio que hay mucha más pasta que carne, pero ésta con su salsa es deliciosa. Tanto me agrada que hurgo hasta el fondo del plato en su búsqueda.

 Mariale, en cambio, se decide por un plato que al verlo me asombra de tan abundante carne que trae. Da para dos personas: Tagliata de sirloin, linguini agli y oleo/arugula salad. (Mientras almorzamos y conversamos, mi nieta va tomando fotos para este artículo en el Listín Diario). 

A la hora del postre, el dulce no es parte de las apetencias de Mariale, pero sí de las mías. Es ella, sin embargo, quien me sugiere el Dubai Chocolate Gelato. Una original combinación de helado de pistacho con virutas de chocolate fundido, kataifi, salsa de chocolate de leche y pistacho. (Kataifi son tiritas crocantes hechas de masa de filo). 

La porción es gigantesca y el sabor ¡exquisito! Boccato di cardinale. Se nota que al elaborar la carta está la mano de un chef internacional: Erik Malmsten.