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Fábulas en alta voz

Ahora todo es un experimento social

Con este can hay quienes justifican sus indiscreciones, sus metidas de pata y hasta sus debilidades.

Los cambios a los que estamos siendo sometidos los seres humanos, no dejan de sorprendernos. Todos los días hay un invento nuevo que nos lleva a evadir nuestras responsabilidades y nuestros compromisos. Ahora cuando cometemos un error, podemos escudarnos en que no fue tal o cual cosa, sino un experimento social a ver cómo es la reacción de la persona. Con este can hay quienes justifican sus indiscreciones, sus metidas de patas y hasta sus debilidades. Un craso error. Ya no nos permitimos fallar y, queriendo o sin querer, vamos rumbo a dejar que se extinga la palabra perdón o tal vez el lo siento, disccúlpame, excúsame...

Falta de responsabilidad

Ante esta modalidad, ha sido posible descubrir la cantidad de personas irresponsables que hay en la sociedad. Gente que, desde que descubre que para tapar su falta puede recurrir a esta muletilla del experimento social, sale de abajo de la patana con este pretexto burdo y sin base y, que por ende, no perdura en el tiempo. Es algo normal que ahora desde que se comete un error, en vez de decir lo siento, se recurra a la mentira de que era para ver su reacción. Creo que muchos ya han vivido esto en carne propia. Es como un insulto a la inteligencia del otro.

Viajando sin experimento

Para ver si estos trucos de cámara están en todos lados, me trasladé a una ciudad fabulosa. Allí me sorprendió ver cómo los valores y principios se mantienen intactos aun cuando la modernidad parece quebrarlos. Nada compromete el respeto y la responsabilidad que debe asumirse cuando se comete un error o se incurre en una acción inapropiada. El perdón y la disculpa continúan siendo el arma más poderosa para salir airoso de situaciones comprometodoras que afectan a quien las comete o a otros. No hay que recurrir al invento de un experimento social para decir me equivoqué. Saben que son seres humanos y que una de as cosas más seguras que se tiene es equivocarse.

Regreso real

Cuando salí de aquella ciudad fabulosa, lo hice convencida de que en agún momento esto puede cambiar, pues ya es tanto lo que le atribuyen la culpa de todo al sazonado experimento que, pocos están creyéndose ese cuento. Ojalá y las personas que están amparándose en este recurso para evadir su responsabilidad ante los errores cometidos, dejen sin efecto esta forma desagradable de escudarse. Todos merecemos respeto y una disculpa no le cae mal a nadie, y a quien la pide le hace más humano. No dejemos que las malas influencias de quienes quieren cambiar el mundo en uno más frío y deshonesto, también nos quite el derecho a equivocarnos.

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