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Fellé Vega: Un Folclorista Imaginario Que Da Color A La Música

En el mundo existen miles de músicos que utilizan instrumentos al momento de crear sus composiciones y entre ellos están los percusionistas, quienes con sus manos hacen magia para los oídos. Uno de ellos es Fellé Vega, diseñador de instrumentos y creador de sonidos que, durante más de 40 años, se ha destacado en el género del jazz, por lo que, en esta edición de arte, conversamos con el creador del "boombakiní", primer instrumento patentizado del país. A continuación, en estas páginas, leerán una plática amena en la que Vega habla sobre la música, el arte que le da felicidad.

Fellé, ¿cómo nace su amor por la música? Yo nací con amor por la música. Recuerdo que, cuando tenía alrededor de cuatro años, hacía sonidos con latas y con ollas de mi abuela, las cuales dañaba (Risas).

Háblenos del primer instrumento que tocó. El primer instrumento como tal, fue la tambora, pero antes tocaba una lata de pintura con la que hacía música en el patio de mi casa.

Entonces, ¿cuáles son sus instrumentos musicales favoritos? Los que puedo encontrar en la naturaleza, como los vegetales y las semillas, pero también me inclino a utilizar materiales reciclables, como los contenedores de plásticos y materiales de ferretería. Yo, generalmente, trabajo con piezas que modifico para cambiarles el sonido. Construyo mis propios instrumentos, soy un artesano.

Es inspirador que sus herramientas sean recicladas. Díganos cuáles son las que suele utilizar habitualmente. El bombakiní, el támbiro y el tata. Esas son los principales, aunque siempre las combino con pequeñas piezas que uso para darles color. Yo soy un colorista de la música. No toco solamente ritmos pesados, sino que soy un percusionista de detalles.

Hace varios años creó el primer instrumento originado en territorio dominicano que está patentizado. ¿Cómo fue el proceso de creación del Boombakiní? Fue casual. Yo iba a realizar otro instrumento llamado marímbula, el cual es de origen africano y era usado por los artistas dominicanos de merengue típico. Entonces, iba a hacer uno portátil, pero no resultó y en una ocasión empecé a experimentar con sonidos, con los que poco a poco fui construyendo, modificando y refinando el instrumento.

¿Se ha inspirado en algún percusionista? Sí. Uno de los principales fue Naná Vasconcelos, quien era un percusionista brasileño y murió en el año 2016.

Mi otro maestro virtual, porque no lo he conocido, se llama Trilok Gurtu, un multiinstrumentista de la India, y también Airto Moreira. Asimismo, la nueva generación ha ido mostrando diversos músicos que han innovado y de los cuales me he inspirado.

Además de aprender de ellos, ¿de dónde se nutre y ha nuetrido su conocimiento? Cuando uno ama lo que hace, nace mucha curiosidad, y yo soy un estudioso de los materiales. Necesito saber sus composiciones para comprender las vibraciones, todo vibra en la vida. El Internet ha sido una gran ayuda para mí, porque todo lo que ha sido creado está en Internet.

¿Cuáles cree que son los elementos más importantes al momento de sonorizar? Es una cuestión de gustos. Yo tengo un bulto con muchos "feferitos". La música te va llevando, dependiendo del mood.

Si es suave, le pones un pito lejano. Si es brillante, le pones un platillo. Los sonidos tienen colores.

Usted es un artista libre y con vocación, al que quizás no le gusta definir lo que hace, pero nos gustaría que nos definiera su estilo música. Yo tuve que ponerle un nombre al estilo de música que toco con la danza mezclada. Mi estilo se llama "folklore imaginario", porque son instrumentos que suenan muy distintos a los convencionales, por lo que no puedo decir que es caribeño ni europeo. Aunque sí tengo influencias orientales de la India, Arabia, Japón y China. ¡Me encantan sus sonidos!.

¿Alrededor de cuántas composiciones posee? Soy católico y tengo más de 100 canciones cristianas, dos de ellas le han dado la vuelta al mundo.

También tengo composiciones que pertenecen a un grupo llamado "La orquesta de Danzas Mezcladas", que es una combinación del violín, la tuba, el acordeón y el típico.

¡Son numerosas!, ¿Qué siente cuando las toca? Felicidad. Yo no pienso cuando toco, solo siento. No analizo nada, todo es intuitivo. A mí me gusta lo que hago, y cuando te gusta lo que haces, eres una persona plena.

¿Le gusta tocar en algún lugar específico? Sí, me gusta "La 37 por las Tablas". En ese lugar fue donde se abrió la segunda etapa de los lunes de jazz. Es uno de mis lugares favoritos para tocar.

¿Cuántas horas suele dedicarle a la música? En los días en los que no tengo que salir, le dedico hasta ocho horas. No solamente practicando, sino escuchando y leyendo. También, cuando salgo, ocupo mi mente con proyectos musicales.

En esos momentos de pensar en proyectos, ¿ha surgido alguno que vaya a lanzar próximamente? Sí, quiero grabar mi segundo álbum y pienso nombrarlo como "Tocando la vida".

Y, finalmente, si pudiera darle un consejo a las personas que sueñan con dedicarse a lo mismo que usted, ¿qué les diría? Si es su sueño, que lo persigan y traten de perseverar, eso es lo que yo he hecho. Como todo en la vida, viene con dificultades, barreras y obstáculos, pero tienen que persistir. Eso es algo natural de la vida, es como cuando subes una montaña y te cansas, pero quieres llegar a la cima y sigues caminando.

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