Solo el amor lo logra...

A la mente racional le es imposible abarcar la infinitud de la súper mente de Dios. De ahí, el fundamento de muchos negar la existencia de una seidad absoluta, in creada, la que en su diferenciación ha sido designada teologalmente con muchos nombres; y que misma condición, no adultera su prístina y homogénea esencia inmaculada. Divina.

A Dios como el amor no se le puede razonar, su existencia de absoluta prestancia, supera todo razonamiento.

A Dios como el amor se realiza en el interior de cada ser. Se vive con la plenitud del gozo de la bienaventuranza, cuando se tiene ese íntimo encuentro. Se da, como el espontáneo servicio compartido en una sincera y verdadera entrega, y hacer un postulado y lema de Dios en el servicio al prójimo. Conocer a Dios es reconocer que su naturaleza divina se integra en cada chispa, que como alma se desprende de su gran fuego de ígnea esencia, única y real. Aceptar que todos somos uno es reconocernos parte de ese gran todo, sin distinción de raza, color, dogma o clase.

Porque;

Solo hay una religión… la religión del amor

Una sola raza. La humanidad.

Solo un lenguaje, el del corazón…

Y un solo Dios, y es Omnipresente en cada vida.