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FOLKLORE

Festival de la Mejorana, un manjar de expresiones vivas

Fue un encuentro de familias, amigos y turistas que ansiaban la vuelta de esta actividad en la cual se dejó ver el apego a sus tradiciones.

Traje típico panameño. © Xiomarita Pérez

Traje típico panameño. © Xiomarita Pérez

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Xiomarita PérezGuararé, Los Santos, Panamá

Este año se realizó el septuagésimo aniversario de este Festival de forma presencial, en donde se apreció el trabajo, la organización, el encanto y las emociones de un pueblo ávido de empaparse con sus tradiciones, ya que las dos versiones anteriores fueron virtuales, producto de la pandemia.

Este festival, organizado por el Patronato del Festival Nacional de la Mejorana, que preside la profesora Etzel Vergara de Espino, está enmarcado dentro de las fiestas patronales en honor a Nuestra Señora de las Mercedes, los que se unen creando un sincretismo cultural que lo hace más dinámico, rodeado de fervor.

Hay que estar presente para dar fe y testimonio de lo que se vivió allí, un folklore puro a cada paso, con la sabiduría empírica del portador que elabora y vende sus productos artesanales, que talla un diseño creativo en una totuma (calabaza o higüero para contener líquidos y sólidos y para la elaboración de maracas y artesanías) o los que emiten gritos de camino o una saloma melódica como un desahogo de alegría.

Gente de todas las edades, con vestimenta identitaria, se paseaba por el parque para escuchar el toque del tamborito, tomar agua de pipa (agua de coco), un helado, una hojaldre (bollo frito de harina de trigo) o una cerveza del país. Fue un encuentro de familias, amigos y turistas que ansiaban la vuelta de esta actividad en la cual se dejó ver el apego a sus tradiciones.

Mientras caminábamos por los alrededores del parque observamos a una joven con su camisola de mundillo (artesanía de encajes de bolillos hechos a mano) que la luce con orgullo, porque es una herencia de su abuela. Hombres, mujeres y niños luciendo el sombrero pintao, reconocido por la UNESCO como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad y que forma parte de la indumentaria de los panameños del interior, sin dejar atrás las chácaras, bolsos tejidos con fibra vegetal elaboradas por la etnia Ngöbe Buglé. Una experiencia inolvidable Durante el tiempo que duramos allí solo escuchamos las interpretaciones musicales con la mejorana, instrumento de cinco cuerdas y protagonista del festival, los toques de los tambores y la música viva de los íconos de la música típica Ulpiano Vergara, Osvaldo Ayala, Alejandro Torres y Lucho De Sedas, entre otros, que se presentaron en los “toldos”, lugares típicos para conciertos. Las calles se impregnaron de entusiasmo, sabor, ritmo y melodía con las tunas, música y baile del tamborito, que la encabeza un abanderado del grupo. Los demás bailan, tocan tambor, churuca y cantan mientras se desplazan. El público se integró y disfrutó de esa espontaneidad que les dan los pueblerinos a sus fiestas, siempre respetando el programa oficial del Patronato del Festival, que se realizó del 18 al 27 de septiembre pasado. Hubo más de quince concursos de tambor infantil y de adultos, de toque de mejorana, de acordeón, danzas folklóricas, de tunas, décima cantada, grito, saloma, de carretas, indumentaria, de camisa coleta y de violines, entre otros. Dentro del programa contentivo se reconocieron a dos tesoros vivos de la ciudad de Colón: Eduardo Antonio Hansell Chifundo, con el Premio “Dora Pérez de Zárate” y Nolis Boris Góndola Solís, con la condecoración “Orden Manuel F. Zárate”, otorgados por la ministra de Cultura Giselle González Villarrué y la presidenta del Patronato, Etzel Vergara de Espino.

Los padres le transmiten a sus hijos el amor por sus costumbres y tradiciones. Xiomarita Pérez

Sombreros pintaos y cutarras (chancletas típicas de cuero).  Xiomarita Pérez

Las tunas nunca faltan en el festival.  Xiomarita Pérez

Carreta de bueyes (carroza) que recorrió las calles en el desfile. Xiomarita Pérez

La ministra de Cultura Giselle González Villarrué y la presidente del Patronato, Etzel Vergara de Espino, entregan los reconocimientos a los tesoros vivos colonenses Eduardo Antonio Hansell Chifundo y Nolis Boris Góndola Solís, en presencia de la Reina del Festival de este año, Lucía Angélica Martínez y otras personalidades. Xiomarita Pérez

Tradición oral. Xiomarita Pérez

La virgen de las Mercedes. Xiomarita Pérez

Estudiantes y docentes de la Escuela Nacional de Folklore en la parte frontal de la Casa Museo Manuel F. Zárate.

Héctor López en su casa de quincha (barro), que se construye mediante la tradicional Junta de embarre o convite. Xiomarita Pérez

Chácaras (bolsos de fibra vegetal). Xiomarita Pérez

Diablicos sucios. Xiomarita Pérez

El público se integró y disfrutó de esa espontaneidad que les dan los pueblerinos a sus fiestas. Xiomarita Pérez

Tradición viva. Xiomarita Pérez

Gente de todas las edades, con vestimenta identitaria, se paseaba por el parque. Xiomarita Pérez

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