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FÁBULAS EN ALTA VOZ

La honestidad

Marta Quéliz

Marta Quéliz

A veces nos quedamos cortos cuando mencionamos el término honestidad. Ser serio o seria como se dice comúnmente tampoco es suficiente para definir este concepto. Son las buenas acciones y el buen comportamiento los que dan forma a esta palabra de tanto peso. El tema lo traigo a cuento porque como ustedes, he sido testigo muchas veces de hechos en los que las personas involucradas se llenan la boca diciendo que son honestas porque se sienten inocentes. Todos en determinados momentos de nuestra vida hemos sido culpables de algo y eso no nos hace deshonestos, o inocentes y eso no significa que seamos honestos.

Hasta los culpables

“Yo soy un hombre honesto”, hemos escuchado decir a algunos que se defienden de una acusación. Y yo me pregunto: ¿y el hecho de que usted no sea culpable de algo lo hace ser honesto? La confusión que este tipo de comentario puede producir, me transportó a una ciudad fabulosa donde una persona honesta hace gala de un conjunto de virtudes que comienza con el respeto hacia a sí mismo y lo extiende hacia los demás. Para hablar de honestidad en ese lugar hay que cumplir con una serie de “mandamientos”, guardando la distancia, que te potencian para decir abiertamente que lo eres.

Los requerimientos

Según los “mandamientos” de esa ciudad fabulosa, ser una persona honesta es: no mentir, no engañar, no traicionar, no sacar ventaja del problema de otro para beneficiarte, no dañar, no tirar por el piso el trabajo del otro para realzar el tuyo, y sobre todo, no hacer alarde de que eres una persona honesta porque ahí mismo dejas de de serlo. Aquí hay que dejar que los hechos hablen por ti.

Una realidad devastadora

Al regresar feliz de aquel lugar fabuloso, noté cuán confundidos estamos en nuestra realidad, en un país donde eres una persona honesta porque no robas, pero hablas mentiras. No engañas, pero criticas. No sacas ventaja de las miserias de los demás, pero tiras por el piso lo que hacen otros. No traicionas, pero te llenas la boca diciendo que eres la persona más honesta del mundo... Es por eso que, desde mi perspectiva, entiendo que todos, absolutamente, todos debemos revisarnos a ver qué tan honestos somos con nosotros mismos y con los demás.

Estamos a tiempo

Viendo cómo la tecnología se encarga de desvelar qué tan honestos podemos ser, entiendo es preciso crear consciencia respecto a lo que hacemos, a lo que vemos, a lo que grabamos y a lo que divulgamos. Que lo graben haciendo algo deshonesto o que usted grabe a otros haciendo lo propio, no habla bien de lo que en efecto somos. Así que, los invito a que intentemos ser más honestos y más cuidadosos con lo que hacemos porque son los hechos los que hablan de nuestra honestidad.

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