Santo Domingo 23°C/26°C thunderstorm with rain

Suscribete

PSICOLOGÍA

Idea suicida: ¿qué debo hacer si veo a alguien que no quiere vivir?

Avatar del Listín Diario
Carmen Virginia RodríguezSanto Domingo

Es alarmante la cantidad de personas que padecen de diversos trastornos del estado del ánimo, lo cual en momentos determinados ha llevado a pensamientos o ideaciones de no querer vivir.

Existen algunas señales a las que podemos estar atentos, y que nos pueden ayudar a identificar personas a nuestro alrededor que pudieran estar en riesgo, y sobre lo cual, es imperante actuar. Una de las señales más obvias, es una persona deprimida, triste o muy negativa en sus planteamientos sobre la vida, y que haga comentarios como “el mundo estaría mejor sin mí”, “quisiera desaparecer”, “quisiera dormirme y no despertar nunca”, “soy una carga para mi familia”, entre otros.

Cuando esto lo presenciamos, no podemos ignorarlo. Es importante alertar a la familia. No se puede pensar que eso no va a suceder porque “él o ella no lo haría”. Este planteamiento muchas veces se da porque los que rodean a la persona con este pensamiento, subestiman el grado de dolor o sufrimiento interno que padece el que manifiesta dichos comentarios negativos.

Otro factor para tomar en consideración puede ser el cambio en el aspecto físico de la persona, normalmente, se nota un abandono en la imagen corporal e higiene. También vemos cómo la persona puede perder interés en lo que anteriormente le proporcionaba felicidad y satisfacción, falta de concentración en las tareas o su trabajo o bajo rendimiento en éste, cambio en su patrón de sueño, entre otros.

Manifestación de despedida

Sin embargo, hay una conducta a la que es importante prestar atención y es la llamada conducta de cierre, que se da cuando la persona cambia de manera repentina y sin explicación y “mejora” su tristeza y el estado de ánimo se vuelve alegre, cariñoso y enérgico. ¿Por qué si mejora hay que prestar atención y ser más cautos? Porque esto podría ser una manifestación de despedida, y la persona ya tener clara su decisión, y querer dejar “sus asuntos claros”.

Y frente a todo esto, ¿qué hago? Lo primero es que necesitamos estar presentes, con escucha activa, y sin juzgar. La persona debe poder confiar, y sentir la seguridad del confidente, frente a lo que está expresando. Sin embargo, esto no quita que la persona acompañante esté en calma, prevaleciendo la empatía, honestidad y calidez. Una vez haya pasado el momento difícil, la ayuda profesional debe ser un objetivo para lograr que la persona reciba la ayuda necesaria.

________

La autora es psicóloga en el Grupo Profesional Psicológicamente

Tags relacionados