Santo Domingo 25°C/26°C moderate rain

Suscribete

¿QUIÉN ESTÁ EDUCANDO AL PUEBLO?

Domingo de la Palabra de Dios

Maruchi R. de Elmúdesi

Maruchi R. de Elmúdesi

Avatar del Listín Diario
Maruchi R. de ElmúdesiSanto Domingo

El domingo de la Palabra de Dios, querido por el Papa Francisco en el 3er. Domingo del Tiempo Ordinario de cada año, recuerda a todos, pastores y fieles, la importancia y el valor de la Sagrada Escritura para la vida cristiana, como también la relación entre Palabra de Dios y liturgia: “Como cristianos somos un solo pueblo que camina en la historia, fortalecido por la presencia del Señor en medio de nosotros que nos habla y nos nutre. El día dedicado a la Biblia no ha de ser “una vez al año”, sino una vez para todo el año, porque nos urge la necesidad de tener familiaridad e intimidad con la Sagrada Escritura y con el Resucitado, que no cesa de partir la Palabra y el Pan en la comunidad de los creyentes. Para esto necesitamos entablar un constante trato de familiaridad con la Sagrada Escritura, pues de lo contrario el corazón queda frío y los ojos permanecen cerrados, afectados como estamos, por innumerables formas de cegueras.”

Millones de personas, a través de los siglos han recibido el consuelo, sostén, esperanza, alegría y respuestas por medio de la Palabra de Dios. Por ejemplo, por este medio impreso llamado Rayo de Luz que contiene las lecturas bíblicas que la Iglesia propone en la liturgia cotidiana, muchos han sido los testimonios de aquellos que han recibido el consuelo de Dios.

Si “hoy” escuchas la voz de Dios a través de su Palabra, no endurezcas el corazón. “Hoy” hemos escuchado grandes cosas. “Hoy” es la palabra más radical que Jesús ha dicho. La misión de Jesús es “hoy”. Jesús está siempre presente y su salvación se ofrece “hoy”.

“Hoy se cumple esta escritura que acabamos de oír. Esta es la manera en la que Jesús inicia su ministerio público y este es el primer sermón de Jesús. Cada uno de los que estaban presentes allí, esperaban que Jesús dijera alguna palabra sobre lo que acababa de proclamar, pues era lo que hacían los rabinos y que continúan haciendo hoy. Seguramente, la escogencia de este pasaje no fue accidental para Jesús, ni para el evangelista Lucas que nos lo cuenta. Es verdad que ellos lo pasaron al libro, pero fue Jesús quien eligió el texto con el que estableció su agenda, tomando prestadas estas palabras de Isaías. En su discurso inaugural, donde establece sus prioridades y la dirección que tomará su trabajo. Quiere reorganizar nuestras relaciones: Buena Noticia a los pobres, liberación a los cautivos, dar vista a los ciegos, liberar a los oprimidos. Isaías prometió la redención, pero Jesús, el redentor, nos la trae. ¡Amén!

Tags relacionados