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FÁBULAS EN ALTA VOZ

La importancia de renovar la fe

Cuando atravesamos por situaciones difíciles en nuestra vida, es normal que todo se nos transforme y que hasta la fe se nos quebrante. No es algo agradable, pero sucede y el Señor, que es misericordioso, nos perdona porque sabe que somos seres humanos y que a veces hay duelos que creemos que no podemos cargar. A casi todos, por no decir a todos, nos ha pasado alguna vez que ante la ocurrencia de un hecho que nos sacude, se nos van las fuerzas y se nos dificulta seguir orando como antes. No hay que avergonzarse por ello. Es algo normal en los seres humanos y, es en ese momento cuando más necesitamos sacar de abajo y renovar nuestra fe.

Nos ayuda con la carga A diario escuchamos, consejos que a veces no nos gustan ni pedimos, como: “Dios no le manda nada a nadie que no pueda soportar”. Eso es cierto, pero del otro lado de la acera esta frase suena lógica y hasta fácil de decir, pero para quien atraviesa por un momento difícil, es duro, muy duro comprender y llevar sobre los hombros duelos que desgarran el alma y que te hunden en una profunda pena. Es ahí cuando más que escuchar cosas como estas, debes ayudarte a renovar tu fe. La oración ayuda y Él se conduele de tu carga. Salir corriendo Admito que estoy en este proceso. Sí, con deseo inmenso de correr hacia donde haya paz. Quisiera irme a una ciudad fabulosa donde la gente que tú amas es eterna, donde no hay dolor, donde no hay llanto, donde tu fe se mantiene por encima de todo. Pero más que esto, donde el Señor te ayuda a renovar tu fe si en algún momento flaqueas. Te guía a ponerte de rodillas como antes en ese rinconcito donde le pides, le ofreces y le agradeces. En ese lugar donde puedes sonreír porque quieres no para hacer sentir bien a quienes no quieren verte sufrir. Ahí quiero estar y renovar mi fe. Caminando de su mano En esa ciudad fabulosa quiero encontrar ese sostén que me conduzca hacia la felicidad divina, hacia la comprensión de que las cosas suceden y hay que enfrentarlas porque tenemos de nuestro lado a ese Todopoderoso que sabe el por qué y el para qué de los hechos. Quiero que Él me agarre de la mano, que me devuelva a la realidad sin la anestesia que a veces me pongo para evitar tanto dolor. Deseo con todas mis fuerzas que perdone mi debilidad, porque en lo más profundo de mi ser sé que aun respiro porque Él está conmigo y lo estará para ayudarme a llevar esta carga tan pesada. Soy su hija privilegiada y lo único que deseo con toda mi alma es que me ayude a renovar mi fe.

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