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REALIDAD Y FANTASÍA

La famosa ventana geminada

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María Cristina de CaríasSanto Domingo, RD

La ventana geminada de la Casa de Tostado simboliza para la República Dominicana todo su pasado, ese pasado durante el cual fue el primer virreinato erigido en América, la primera ciudad en el Nuevo Mundo, trazada métricamente.

Aquella fiebre que se apoderó de los colonos aposentados en la nueva ciudad, fructificó en una población como no se había visto, con sus calles simétricas, obedeciendo a un orden establecido, lo que no había ocurrido ni siquiera en la antigua Roma, por no decir en el reino de los moros.

Esta concepción del orden citadino era absolutamente novedosa, como lo era el territorio de la Española. En aquella época, en las ciudades más adelantadas como Florencia o París, las calles eran vericuetos y la planificación urbana no existía. Solo la nuevísima ciudad, situada en un territorio más allá del mar, contaba con esta novedad, a lo que se sumó la erección de mansiones dotadas de todos los adelantos de la época. Muchas de estas fueron dotadas con artísticas ventanas a la moda gótica, pero, desafortunadamente, desaparecieron con el tiempo, quedando solo la ventana de la Casa de Tostado como testimonio de la anterior magnificencia. Hoy la mansión luce su maravillosa ventana, la única que existe en América.

En la ventana geminada se combinan los dos elementos que dieron vida al arte hispánico, los de raigambre gótica y aquellos de ascendencia mora. Si se hizo la simbiosis única en el arte del medioevo.

La herencia mora se coló a través de la historia de Granada, así el arte morisco penetra y se mezcla con las tradiciones góticas para producir formas únicas. El ajimez gracioso y sensual, cual un bordado de piedra, enmarca la esbelta columna que divide en dos la graciosa ventana. Esta espléndida ventana retrata perfectamente nuestra herencia y brinda al entorno un filón romántico que nos recuerda la triste historia de amor de Mariana y Jean Claude, víctima de las huestes haitianas.

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