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COSAS DE DIOS

Una abuela y la actitud

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Alicia EstévezSanto Domingo, RD

Debe ser octogenaria. Lo asumo por las arrugas, traicioneras, en el rostro y su pesadez al andar, con la espalda encorvada y arrastrando, un poco, los pies. Llega, todos los días, alrededor de las 6:30 de la mañana, al Parque Mirador Sur, junto a un grupo pequeño de señoras contemporáneas suyas, pero más jóvenes que ella, diría yo. Se esfuerza por avanzar, rezagada, mientras conversa con las que, asumo, son sus vecinas.

Lección gratis

Como supondrán, no la conozco, ignoro su nombre. Pero, escribo sobre ella, porque basta mirarla para aprender la lección que ofrece gratis, a quienes pasamos a su lado. Agradezco tropezármela, debido a que esta pandemia de coronavirus tiró al garete muchas cosas, incluida una porción de la alegría que se respira mientras nos ejercitamos.

Sin bailadores

Por ejemplo, echo de menos a los bailadores de zumba, que desparramaban su música y vitalidad, en plena vía. Ahora el parque resulta más silencioso, pese a que continúa repleto de personas. Esta emergencia de salud ha logrado lo imposible, que los dominicanos hablemos y toquemos menos. Ya nadie corre, de una acera a la otra, con los brazos abiertos, al encuentro de un amigo. Lo que nos ha quitado el Covid 19, tiene que ver con la parte más bella de la vida.

Rojo encendido

De ahí que, la presencia de esta señora, tan entrada en años, me reconforta. Podría pasar inadvertida, como muchas otras envejecientes, pero ella se resiste a eso, no puedes evitar mirarla. A tal punto que, si alguna vez, coincido solo con sus compañeras de caminata, no las reconocería. Ninguno de sus rostros me ha quedado grabado, excepto el de esta abuela, debe serlo, que, antes de salir el sol, además de calzarse los tenis, se pinta los labios de rojo encendido, contrario a mujeres, de todas las edades, que hemos prescindido del lápiz labial, por el uso de la mascarilla.

Algo que decir

Salta a la vista que esta señora tiene algo que decirnos a todos. La ves, y te parece oír una frase motivadora: “Ánimo, esto no debe derrotarnos, vamos a seguir viviendo, aunque sea, pintándonos los labios para ir al único sitio donde no usamos tapaboca”. Su imagen me recuerda la canción que dice “Alegre la mañana que me habla de ti, Señor”. Porque Dios tiene muchas maneras de expresarse. Sé lo que está pensando, tal vez, la abuelita solo se pinta los labios, porque le da la gana, es posible. Pero, en lo que a mí respecta, cada mañana, ella pronuncia un discurso de motivación personal. Para que usted vea, lo que hace la actitud.

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