Amor a prueba de covid

Cuando te entregan un resultado positivo, de la prueba del virus covid-19, se produce un acto de magia, familiares y amigos desaparecen del mundo real y se convierten en personajes virtuales, que desean, a través de chats, que te recuperes. Pero muy pocos se hacen presentes, anticipan tus necesidades y corren a darte la mano. De ahí que el acto de magia es doble porque, en lugar de quienes se van, Dios envía ángeles inesperados en medio del abandono más brutal que puede sufrir un paciente.

La soledad

La soledad que conlleva saberse infectado es una experiencia que marca durante esa enfermedad camaleónica, dispuesta a desarrollarse en cada uno de manera particular, algo extraño, a lo que espero, algún día, la humanidad pueda encontrarle una explicación, igual que a muchas otras incógnitas de este mal. Pero, mientras tanto, en este momento en que pacientes asistidos, tal vez, por una persona, tratan de encontrar la forma de salvar sus vidas, en medio de tanto dolor, cada uno debe escoger cuál va a ser el paso que dará en caso de enterarse que un familiar, un amigo o un vecino, incluso, alguien apenas conocido, ha dado positivo.

Desaparecer o permanecer

Debemos escoger si desapareceremos, para asomar a través de los chats y las redes, mientras esa persona necesita, desesperadamente, alguien que vaya a la farmacia a comprarle una medicina, que prepare un té y se lo lleve a la clínica; que acuda al supermercado y les compre comida a sus hijos, le busque ropa limpia en su casa o haga gestiones para que los doctores le atiendan. Nos toca decidir si nos arriesgamos y, como lo hacen médicos, enfermeras, camilleros, encargadas de limpieza y de cocina de clínicas y hospitales, cuidaremos del enfermo con covid.

Te amo con covid

Esta enfermedad no solo ha cobrado vidas, más de tres millones, también se ha llevado de encuentro relaciones familiares, de amistad y de pareja. Porque una cosa es decir te amo, sin covid, y otra es demostrar te amo, después de escuchar el resultado positivo. Una cosa es ser el padre o la madre de un hijo sano, otra es asumir que eres el padre o la madre de alguien infectado. Es distinto tomar la mano de una madre o de un padre enfermo de cáncer, o de cualquier otra enfermedad, que quedarte en el cuarto, junto a tu madre o tu padre infectado con covid, y jugarte la vida. Porque, como ya dijimos, nadie sabe cómo se va a comportar ese mal en tu cuerpo, si te contaminas.

Pase la prueba

En fin, una cosa es el amor, la amistad o el lazo filial sin covid y otra, muy distinta, es después del covid. Ahora lo sabemos. Ese diagnóstico, lo señalé en principio, hace que se produzca un acto de magia, unos desaparecen y otros, como ángeles, se hacen presentes. Procure pertenecer al mismo grupo del que espera formen parte su familia y amigos si el enfermo fuera usted. Trate de que su amor pase la prueba del covid.