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FÁBULAS EN ALTA VOZ

¿Y las autoridades? Muy bien, gracias

Marta Quéliz

Marta Quéliz

La llegada del Covid-19 ha traído consigo una oleada de irrespeto que por

lo visto, se les ha escapado de las manos a las autoridades. Un video que ha circulado por las redes sociales de una multitudinaria fiesta en el Malecón deja al descubierto que aquí “no hay pandemia”.

No hay un ‘stop’

No se sabe qué es lo que produce este comportamiento, si es que el virus está trabajando también en la alteración de la disciplina de la población que, no es que antes de él era compuesta por santos, pero en algunos casos tenía un freno. Hoy no. Vemos cómo la gente desafía no solo al virus, sino también a la autoridad que, en algunos casos pone en práctica el viejo dicho: “Si no puedes con el enemigo, únete a él”. Es penoso, pero lo hemos visto. Agentes policiales que disfrutan del ambiente en vez de hacer cumplir las disposiciones sanitarias.

Buscando respuesta

En búsqueda de saber qué es lo que está pasando, si el Covid también ha flexibilizado las normas del orden público que deben imponer los cuerpos que han de velar por él, me trasladé a una ciudad fabulosa, de gente respetuosa de sí misma y de las reglas ciudadanas. Me encantó ver cómo allí se acatan las medidas sanitarias, no importa lo lejos de la ciudad que se viva. El solo amagar a realizar una pequeña actividad, conlleva una amonestación y, por eso nadie se atreve a desoír los llamados de atención para combatir el virus.

Fabulosamente obedientes

Los habitantes de este lugar no juegan con la salud de los demás. Saben que con su mala actitud pueden hacer que el Covid se propague más, y se abstienen de “gozar la vida” asistiendo a fiestas, tomando bebidas adulteradas, “discotequiando” con todo y toque de queda… en fin, en esta ciudad fabulosa, se cumplen desde la A hasta la Z todas las disposiciones para salvaguardar la salud de la población. Ah, y si las autoridades se hacen de la vista gorda ante cualquier desacato, son las que han de pagar por el incumplimiento, y lo pagan caro.

Y al regreso…

Cuando volví a mi país, la impotencia se apoderó de mí leyendo las cifras de los muertos y los contagiados por Covid, muchos de los cuales quizás nunca se atrevieron a quitarse siquiera su mascarilla.

Es ahí cuando me pregunto: ¿Y cuando se realizan estas fiestas, dónde están las autoridades? Después noto que están muy bien, gracias.

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